Un hombre de Paraná fue detenido en inmediaciones de la casa de su ex pareja tras haber cortado la tobillera electrónica, hecho que fue detectado por el sistema.
Cortó la tobillera electrónica para ir a agredir a expareja
La tobillera electrónica dañada fue secuestrada.
El sujeto había informado vía telefónica que quería acercarse a Calle Los Chanas, detrás de la Comisaría 9, al domicilio de su actual pareja pero, desde la Sala de Género se le advirtió en reiteradas oportunidades que no lo hiciera ya que sería una zona de restricción para el detenido. Fue cuando, ofuscado, cortó la comunicación y se sacó el dispositivo.
Desde la Sala de Género se visualizó por Sistema la advertencia "tobillera no detecta cuerpo" y "apertura o corte de transmisor" perteneciente a Pablo Gerardo Sosa de 32 años quien fue ubicado por GPS en B Parana XVI.
El móvil 916 se comisionó a resguardo de la víctima, G.D.M, en un domicilio del barrio Anacleto Medina; y el móvil 1018 a ubicar a Sosa. También se presentó el móvil 1014 a cargo jefe de calle, quien se comunica con la Fiscal de Genero doctora María Eugenia Smith.
Cuando se lo detectó se pudo comprobar que había cortado la tobillera y la había unido con cinta adhesiva.
La Fiscal Smith dispuso el traslado de Pablo Gerardo Sosa a Alcaidía de Tribunales, sin hacer paso por Antecedentes, para que quede alojado por el supuesto delito de daño agravado. En tanto se secuestró la tobillera y equipo como probatoria.
El sistema electrónico de seguimiento de prisión domiciliaria con tobilleras se comenzó a utilizar en Entre Ríos en 2018 controlado por el Servicio Penitenciario de Entre Ríos (SPER) y dirigido a personas que, estando privadas de su libertad, van a un arresto domiciliario, hacia un sistema de libertades graduales con control de las restricciones impuestas por la justicia.
El uso de las tobilleras es visto como una solución paliativa al problema de la superpoblación carcelaria. Las autoridades señalan que es un sistema seguro, de aplicarse correctamente.
Para los sistemas penitenciario y judicial, que un condenado curse su condena en su domicilio tiene ventajas y “promueve la reinserción de los internos”.











