Transformando Caminos es una de las primeras cooperativas inclusivas que surgió de la labor conjunta de muchas personas en situación de desempleo, principalmente chicas trans que atravesaban distintas problemáticas a raíz de la falta de trabajo. En el momento que se gestó la idea de una cooperativa, entre fines de 2017 y comienzos de 2018, el cupo laboral travesti-trans a nivel nacional todavía era un proyecto.
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Luego de tres años de organización, lograron legalizar su asociación y obtener la matrícula para dedicarse formalmente a trabajos de mantenimiento y limpieza. Joselin, una de las integrantes de Transformando Caminos, cuenta que las situaciones que vivían día a día las impulsaron a reunirse y buscar una salida para su futuro comunitariamente. Así fue que se acercaron otras personas que atravesaban circunstancias similares y hoy son aproximadamente 20 integrantes, entre ellos varones y mujeres cis, y personas trans.
En 2020, luego de ser seleccionadas en un programa del Ministerio de Cultura de la Nación que brinda apoyo y subsidios a organizaciones sociales y colectivos, llevaron adelante su primer trabajo formal como cooperativa. Produjeron alcohol en gel, respetando las condiciones de higiene y seguridad, para repartir en escuelas, comedores y residencias de adultos mayores
Desde el mes de agosto están trabajando en el predio del ex frigorífico Gualeguaychú donde se hará un paseo público y se emplazará un mercado de producción local y agroecológica. Las tareas de mantenimiento en espacios verdes incluyen el barrido de las calles, la limpieza de hojas y ramas caídas así como de residuos.
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Boca Rosa es una cooperativa textil integrada en su mayoría por identidades trans y personas del colectivo LGBTTIQ+. La iniciativa surgió de la necesidad de trabajo de las mujeres trans con el objetivo de poder reinsertarse en la sociedad, ya que muchas de ellas han sido expulsadas de sus casas y fueron excluidas del circuito laboral. “Muchas tuvieron que dedicarse a trabajos que no querían como la prostitución. La idea fue unirlas, juntarlas, enseñarles una vocación y que salieran con una profesión. Las chicas se han educado, han empezado el secundario, están haciendo otros cursos. Todo lo que se les había negado a lo largo de sus vidas”, cuenta Gabriela Gomez Girones, presidenta de la cooperativa creada hace un año.
Con el apoyo del Área de género y diversidad sexual de la Municipalidad de Gualeguaychú, en 2020 comenzaron a hacer cursos en modalidad virtual para capacitarse y este año realizan prácticas de manera presencial en la Escuela Secundaria “María América Barbosa” para aprender a manejar las máquinas de coser que pudieron adquirir luego de recibir un subsidio. Asimismo, el municipio les cedió un ala del “Espacio de las Juventudes” llamado Casa Redes 2.
Hoy 11 personas que ya producen su propia ropa integran este espacio que aún no está en actividad pero que muy pronto recibirá la matrícula, proceso que pudieron llevar a cabo económicamente con el trabajo colaborativo de la venta de pizzetas. Boca Rosa lleva ese nombre en honor a la artista Pequeña Pe, representante del colectivo travesti trans que tenía un tema homónimo.
Ambas cuentan con el apoyo de la seccional de Entre Ríos de la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (FECOOTRA) y de la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados Ltda. (CONARCOOP).