La obra ya está en marcha y está planificado que la primera etapa culmine dentro de 10 semanas. Si llueve mucho este tiempo, podría llegar a prolongarse un mes más. El trabajo hecho hasta ahora se financió con fondos que aportó la propia familia del propio Vernaz, y también con donaciones de otras personas prestas a colaborar para que pueda concluirse y que los religiosos que entregaron su vida a la iglesia, renunciando por seguir su vocación a la posibilidad de tener una familia e hijos que los cuiden o los acompañen en la vejez, tengan un lugar temporal para compartir el tiempo con sus pares o para resolver una necesidad de hospedaje cuando son de otra ciudad y llegan a la capital provincial para pasar unos días.
Construyen hogar para sacerdotes y necesitan ayuda para terminarlo
Lo impulsa el padre Benito Vernaz. Será un lugar de tránsito para los curas con
más de 75 años.
1 de julio 2016 · 06:00hs
En la iglesia Don Bosco, ubicada en Uruguay 861 de Paraná, están construyendo una casa parroquial abierta a sacerdotes ancianos que no padezcan alguna enfermedad y que estén en condiciones de seguir ayudando a la comunidad. Al respecto, el padre Benito Vernaz, uno de los impulsores de esta iniciativa, explicó: "Los sacerdotes tenemos la posibilidad de jubilarnos recién a los 75 años y como no tenemos esposa, hijos, nietos a quien dedicarnos cuando llegamos a esa instancia, muchos de los curas que están bien de salud siguen trabajando, sin el compromiso de estar al frente de una parroquia pero en condiciones de seguir ayudando".
Sin embargo, culminada esta etapa de edificación, que incluye el levantamiento de columnas y pegado de ladrillos para erigir la estructura del inmueble, deberán interrumpir la obra por falta de fondos, ya que tienen por delante un par de años para saldar las deudas que implicó este proyecto, según contó Vernaz.
Esto movilizó a allegados a la parroquia, quienes plantearon la posibilidad de ayudar y lanzaron una campaña para que aquellas personas que puedan colaborar donen de a 100 ladrillos huecos, que tienen un costo de 12 pesos cada uno, y poder terminar el hogar cuanto antes.
La necesidad de contar con este espacio es un motivo más que valedero para invocar la solidaridad de la gente: Vernaz comentó que a veces le toca albergar a otros curas, y si son varios tienen que dormir en el piso, y destacó que el hogar de tránsito que están edificando está ubicado en una zona cercana a la Terminal de Ómnibus y al microcentro, donde actualmente se sitúan las dependencias para hacer trámites o atienden la mayoría de los médicos. Si bien muchos pueden quedarse en el Seminario, es un lugar que está alejado y donde no hay actividad durante enero y febrero.
Proyecto
"Será más que nada un espacio para que vivan dos sacerdotes que trabajen en Don Bosco y que además sea un lugar de tránsito para que los curas que necesitan un lugar donde quedarse temporalmente porque llegan de otras ciudades para realizar trámites o ir al médico tengan un espacio donde quedarse", contó a UNO Vernaz sobre el proyecto.
A su vez, destacó que la construcción del hogar se lleva adelante en un espacio que además de estar ubicado cerca del microcentro tiene la ventaja de ser amplio y contar con espacios verdes.
"Es un predio de una manzana y media que pertenece a los salesianos. Un sector fue donado a la Arquidiócesis de Paraná y hace más de ocho años que estamos con esta idea de edificar el hogar. El lugar es muy lindo y se puede aprovechar en cuanto a la vista y para caminar".
Según adelantó, tendrá cuatro monoambientes con una cocina común para que quienes se alojan temporalmente puedan compartir una comida, leer el diario, mirar televisión y evitar tener que estar solos en esa etapa de sus vidas. "Pueden ir a alguna parroquia y volver. Tendría capacidad para siete personas: dos sacerdotes que estén de forma permanente y cinco que se queden una semana o unos días. No sería una residencia permanente ni una especie de geriátrico para curas, porque no está pensado para ese fin", aclaró.
Por otra parte, contó que al iniciar la obra se encontraron con tierra movediza traída de la escuela Hogar en la década del 50 y que esta condición del terreno les demandó más recursos y mayor tiempo del que pensaban.
"Se descubrió que en aquel entonces habían traído más de 80 camiones de tierra desde el predio donde construyeron al escuela Hogar y los depositaron acá. Tuvimos que llegar a 5,50 metros para hacer los cimientos y eso nos llevó mucho costo y más trabajo. Además sufrimos el tema de la lluvia hace meses. Por suerte ahora estamos en otra etapa del trabajo", dijo.
"Una persona ya nos donó bastante material y la idea es terminar esta obra y pararla por un tiempo prolongado si no nos llega ayuda. Mi familia nos ayudó bastante y llegamos a esta etapa de la obra. Vamos a terminar de construir las paredes y después nos quedarían los revoques, las aberturas, la cerámica, las griferías y demás, que es lo que no se ve tanto desde afuera pero es lo más costoso", manifestó el sacerdote.
Por otra parte, confió en que le gustaría que les den alguna facilidad para obtener un crédito para terminar el hogar y devolverlo en cuotas, o alguna colaboración del municipio: "Ha habido muchos sacerdotes que han hecho obras muy importantes para Paraná, como escuelas, colegios, hogares, y sería una manera de que el municipio tenga un gesto hacia esa colaboración. Al menos que nos presten para terminar la obra y nos den facilidades. Sería una gran ayuda", sostuvo.
Por último, indicó que quien pueda colaborar se puede poner en contacto con la parroquia para coordinar la donación de los ladrillos. "No es que los tienen que traer", aclaró. Los teléfonos para comunicarse son (0343) 154600286 o (0343) 4219248, este último pertenece a la Secretaría de la parroquia Don Bosco y el horario de atención es de lunes a viernes de 17 a 19.
Una vida puesta al servicio de la comunidad
El padre Benito Vernaz explicó que el hogar es para sacerdotes mayores que se jubilan y todavía pueden seguir ayudando a parroquias de Paraná. "Los sacerdotes tenemos una casa para enfermos, un cementerio, pero no tenemos un lugar una vez que uno cumple 75 años. No tenemos hijos, nietos, lo nuestro es distinto a los demás", reflexionó. Asimismo, comentó: "Es necesario que los curas que llegan a esta etapa tengan un lugar cómodo para seguir ayudando a algunas parroquias, cuando se jubilan quedan unos años con salud y ganas de trabajar". En este marco, recordó al querido padre Julio César Metz, que murió unos pocos meses antes de cumplir los 100 años, y que hasta el final de sus días siguió trabajando en Paraná.