El 19 de mayo de 2010 Patronato cristalizaba el sueño que demandó más de tres décadas. El elenco paranaense daba un salto de calidad al obtener el anhelado ascenso a la Primera B Nacional. Previo a ese logro, el Rojinegro había debutado en la segunda categoría del fútbol argentino. Fue el estreno menos deseado. El elenco, que por ese entonces era dirigido por Darío Tempesta, debía revalidar su suerte ante la Comisión de Actividades Infantiles de Comodoro Rivadavia.
Consolidado y con un gran sueño
Era una chance más que se le presentaba a un equipo que se excedía en el pelotazo, pero que le alcanzó para llegar a instancia definitivas. El dolor era inmenso y la herida profunda provocada en la final perdida ante Boca Unidos de Corrientes no había cicatrizado. Por eso, el Azzurro no tuvo inconvenientes en asegurar su permanencia. Fue derrota por 2-0 en el Grella y 3-1 en el sur del país.
El mal trago lo digirió 11 meses después al superar en la final a Deportivo Santamarina de Tandil, con un gol antológico de Emanuel Urresti, con un Diego Jara intratable y con Marcelo Fuentes en el banco de suplentes. “Mi compromiso con Patronato finalizó”, expresó luego el DT, que emigraba a Chacarita.
Una de Piratas. Ricardo Zielinski fue el capitán en los primeros caminos que transitó Patronato en su nuevo ámbito. El primer banquete Nacional se produjo en la Comarca Rojinegra, como un relator paranaense bautizó al Presbítero Bartolomé Grella. El 8 de agosto el estadio explotó cuando salió el dueño de casa para recibir a un pez gordo: Belgrano de Córdoba. La fiesta fue completa, ya que la victoria quedó en casa. El 2-0 ante el Pirata cordobés marcaba el inicio de su recorrido en una competencia más exigente.
Sufrió, pero cumplió. La primera meta era conservar el lugar que tanto costó conseguir. Renegó con el promedio durante la primera mitad de la temporada. Tuvo en el bolsillo la calculadora haciendo cuentas. Zielinski decidió cambiar de aires y se trasladó hacia Córdoba, para asumir la conducción técnica de Belgrano. El barco quedaba en manos del DT que lo llevó al Nacional.
En el primer semestre había realizado una campaña que lo ubicaba en zona de descenso. Dio un giro radical en el segundo semestre. Alcanzó las 50 unidades a cuatro fechas del final. La ilusión por conseguir un lugar en la promoción había tocado las puertas del hincha. Pero el equipo cerró su primer año con cuatro caídas en fila. La meta era una realidad.
Verdugo. Con un presupuesto mayor y un plantel con nombres de mayor renombre encaró Patronato su segundo año. “Queremos mejorar la campaña pasada”, era el mensaje que transmitían. El equipo no encontró el rumbo en la primera rueda.
La paciencia se le terminaba al hincha. El Negro ya no contaba con Jara. Sin embargo explotó Leonardo Acosta, brilló Matías Quiroga y las figuras de Walter Andrade y Sebastián Bértoli se agigantaban. El Grella fue una fortaleza. Lo sufrió Gimnasia La Plata, Instituto y Quilmes. La dirigencia resignó la localía y buscó dinero fresco al trasladar los encuentros ante Rosario Central y River a Santa Fe. El Canalla y el Millonario terminaron rendidos a los pies del team paranaense.
Sueña. El domingo disputó su encuentro número 100 en la B Nacional. Patronato ya es un equipo respetado y aplomado. Por primera vez en barrio Tiro Federal se menciona sin tapujos la palabra ascenso. El equipo está en el lote de arriba. Obtiene buena cosecha como visitante. Deberá mejorar en casa para obtener rótulo de candidato.
La tarde en la que quedó en boca de todos
Mucha polémica se había generado en la previa. El hincha genuino de Patronato quería enfrentar a River en el Grella. Era la posibilidad de disfrutar una historia esperada en su casa, en el sector donde los rivales sufrían la fortaleza Santa. La dirigencia apostó por aprovechar la situación y trasladó la localía a un estadio con mayor capacidad, con el propósito de adquirir una recaudación histórica e incrementar sus arcas.
El juego ante el MIllonario se llevó a cabo el 16 de junio de 2011. Una fecha que, por casualidad y cosas del destino, quedó marcada para el Pueblo Rojinegro. Tres años antes de ese cotejo, el elenco de barrio Tiro Federal dejaba ese calvario llamado Argentino B al derrotar a Central Córdoba de Santiago del Estero.
Las gradas del estadio de Colón latían. Todos esperaban la victoria de La Banda y el retorno al círculo superior tras un año eterno en la B Nacional. La victoria de Instituto de Córdoba impedía la vuelta olímpica riverplatense. Sin embargo, pocos esperaban una sorpresa en el Cementerio de los Elefantes.
En realidad, todo el Pueblo Rojinegro había soñado con esa tarde. La fiesta fue completa. El Santo golpeó rápido a través de Leonardo Acosta, el muchacho de barrio que aún conserva la humildad. El equipo paranaense desnudaba las falencias de un equipo poderoso a través de una jugada de pelota parada.
El resto es historia conocida. Patronato retrocedió sus líneas para defender con uñas y dientes la histórica victoria. El Millo atacaba por todos los sectores, pero se encontró con Sebastián Bértoli. El arquero paranaense emuló a Fillol esa tarde. Le ganó el duelo a David Trezeguet, a Fernando Cavenaghi, a Alejandro Domínguez y a cuanto jugador vestido de blanco con una banda roja lo intentara ejecutar.
El hincha sufrió hasta el final. Luego disfrutó. Una larga caravana se hizo escuchar en la nueva autovía Santa Fe-Paraná. Patronato quedó en boca de todos.
El de mayor presencia
Sebastián Bértoli estuvo presente en 92 de los 100 encuentros que disputó Patronato en la B Nacional. Es uno de los referentes del plantel y de los puntos altos del equipo paranaense a lo largo de las tres temporadas en la B Nacional. Símbolo e ídolo del Pueblo Rojinegro. Su imagen se agigantó el 16 de junio de 2011 en la tarde en la que el Santo derrotó a River, por 1 a 0. En esa ocasión, el Ruso atajó hasta el viento.
Joya goleadora
La había sufrido Patronato en el Argentino B. Diego Jara vestía la camiseta de Colegiales de Concordia cuando lastimaba con su velocidad. Desde barrio Tiro Federal lo fueron a buscar para que ocupe la vacante que se había producido por la salida de José Luis Marzo. La Joya rápidamente se metió en el corazón del Pueblo Rojinegro. Figura y artillero en la campaña del ascenso. Es el máximo goleador Santo en el Nacional, con 22 gritos.
El Gran DT
Marcelo Fuentes integra, junto a Ángel Omarini y Edgardo Cervilla, la nómina de entrenadores que depositaron a Patronato en una categoría superior. El calvo entrenador asumió el 2 de enero de 2010. Cinco meses después el equipo paranaense celebró el salto de calidad. Decidió buscar nuevos horizontes y emigró a Chacarita. Su experiencia no fue positiva en el Funebrero. Retornó al Santo para consolidarlo en la segunda categoría del fútbol argentino.
El Negro del Pueblo
Walter Andrade integra el podio de jugadores más queridos por el Pueblo. Suple muchas falencias con entrega, amor propio, profesionalismo y oficio. Su crecimiento fue de la mano del rumbo ascendente del equipo paranaense. Voz de mando en la última línea. Personalidad. Fue, junto a Sebastián Bértoli, uno de los jugadores que portó la cinta de capitán. Nació deportivamente en La Floresta, pero se metió en el corazón del hincha Rojinegro.
La apuesta local
En el Torneo de la Liga Paranaense, en el Torneo del Interior y en Argentino B marcaba diferencias. La dirigencia apostó a un crédito local. Leonardo Acosta arribó al Grella con una mochila llena de ilusiones. Le sobra aptitud. Le costó adaptarse, pero demostró que estaba a la altura de las circunstancias. Al Wachi no le pesó enfrentar a equipos pesados. Fue verdugo de un tal River Plate. Es la joya de la abuela del actual plantel Rojinegro.