En el barrio Consejo en la ciudad de Paraná hay un desafío: lograr construir un salón para poder hacer las diferentes actividades que promueve la vecinal Fe y Esperanza. Hoy utilizan un espacio que les brinda la parroquia San Roque. “Queremos uno de usos múltiples”, dijeron, y al momento tienen solo para los cimientos. Mientras, limpiaron la plazoleta donde se levantará, sacaron los escombros, la pintaron y acondicionaron con juegos para niños; todos los días juntan dinero para poder hacer una rampa. Desde hace 20 años esperan poder concretar el proyecto y ahora tienen la oportunidad.
Con fe y esperanza en el barrio Consejo un sueño se concreta
Consejo es un barrio de trabajadores. El mediodía tiene las idas y vueltas entre almacenes, kioscos y el retorno al hogar luego de la jornada; eso agita el tránsito. Quienes viven ahí sostienen que necesitan carteles para indicar por qué mano va la calle o los nombres de las mismas, pero al parecer no es la única necesidad ni la más urgente.
Alberto Cozzi, miembro de la comisión directiva de la vecinal, tiene una respuesta inmediata sobre lo que falta: el servicio de cloacas y el agua corriente. “La cloacas están hechas, pero no hay red domiciliaria”, dijo Cozzi a UNO camino a la plazoleta que está ubicada en Gregoria Pérez por Soler o Don Bosco, según desde dónde se ingrese. Además señaló desde la vereda, cómo el agua servida corre calle abajo.
En el barrio hay quienes cuentan también los problemas que trae la droga y dicen que hay jóvenes y chicos que a la noche están en algunas esquinas sin otras posibilidades.
Como en una cadena, la plazoleta sufre algunos desmanes que si bien dificulta las tareas, acelera el proyecto. Ayer a la mañana, alguien se robó el caño del desagüe que se había colocado el lunes, las hamacas aparecieron rotas días atrás y al mediodía aún quedaban restos de botellas de vidrio y cajas de vino a un costado sobre el mural pintado.
“Mantenerlo es difícil, pero seguimos. Es una necesidad lograr tener un lugar de contención para los jóvenes, es urgente. La gente es reacia, pero cuando ve que todo está lindo, viene y disfruta”, agregó Cozzi. Al dinero para arreglar la plazoleta lo juntan con las actividades que hacen en el salón comunitario que les presta la parroquia. “Es eso y las donaciones. El día que hicimos la vereda vino un señor del Club de Leones y nos dio 30 metros de losa. La gente es solidaria cuando ve que las cosas se hacen ”, agregó.
Aún no saben cuándo construirán el salón en la plazoleta, pero ya saben que arriba de él habrá una biblioteca. No son solo ideas, la siesta daba sus primeros pasos y aún se daba cuenta del conjunto de iniciativas para poder alcanzar el proyecto.
Plazoleta en comodato
La Municipalidad de Paraná le dio a la vecinal en agosto y en comodato, el espacio que hoy ya quedó transformado en plazoleta aunque todos los días se le agregan trabajos nuevos. En su momento hubo vecinos que calificaron como histórica la posibilidad de contar con ella.
Hoy hablan de utilizarlo para resolver necesidades y lograr contención.
En 1993 surgió la idea donde quisieron poner juegos y limpiar el baldío. En 2012 otro grupo intentó lo mismo pero no se dio. En 2010 empezaron de nuevo los trámites para recuperarlo.
En el barrio hay quienes sostienen que en realidad, hace por lo menos unos 50 años, que se quiere contar con ese lugar.













