El río Paraná está muy bajo y la actividad algo frenada por el coronavirus. De todos modos, el rider Gino Bearzi se las ingenia para seguir entrenando. ¿Cómo lo hace? Sencillo: mediante el winch, un motor que logra trasladar a un arroyo o donde haya algo de agua para poder seguir llevando adelante la actividad y lo hace con algunos amigos.
"Con el winch podés esquiar en cualquier lado"
Por Andrés Martino
El paranaense habló de esta modalidad dentro del wakeboard y comentó de qué se trata exactamente: “El wakeboard winch sería como el street del wakeboard. El winch sería un motorcito que tiene una soga larga de entre 100 y 200 metros que en la punta tiene un manillar. Entonces podes ir a cualquier lugar que haya un poquito de agua, ya sea la orilla de un río o un arroyo. Estacas el winch, estiras la soga y te trae ese tramo. La gracia es que podes esquiar en cualquier lado”, explicó y continuó: “El winch lo armamos hace un par de años, pero cómo estaba el cable nunca lo usamos. Ahora que el río está bajo sumado a la pandemia que está todo cerrado, el winch es lo ideal. Nos armamos una rampa y un tubo y vamos a un arroyo que queda cerca de Paraná a esquiar toda la tarde. Lo que está muy bueno es que el motor consume muy poco, con cinco litros esquías todo un fin de semana, entonces es una muy buena alternativa ya que es mucho más económico que una esquiada en una lancha”.
Está claro que la pandemia fue un palo en la rueda para este deporte como tantos otros. “La cuarentena en el wakeboard pegó fuerte y dolió, al igual que a todos. Cerraron todos los wakeparks de la Argentina así que nos quedamos todos sin cable. Nosotros medianamente safamos porque teníamos el winch y podíamos seguir esquiando, pero sino las tablas se llenarían de polvo y tela de araña”.
Bearzi fue uno de los responsables de llevar adelante la escuelita para lo mini riders que funcionaba en Fly Wakeboard y lo hizo con gran éxito. En este sentido recordó: “La temporada del 2018-2019 le dimos a pleno en el wakepark de Paraná, el cable de Fly Wakeboard Paraná que está en el Náutico. Estuvo buenísimo ya que le metimos mucha pila a la escuelita. En todo el verano tuvimos una rotación de 30 mini riders, tanto chicas como chicos, desde los 7 hasta los 14 años, todos los miércoles y sábados. la escuelita estaba genial. Comúnmente era un grupo de 15 chicos que estaban toda la mañana a pleno. Lo más destacado es que no hacían solamente wakeboard, sino que también los hacíamos jugar con ejercicios de funcional adaptado al wakeboard para que vayan mejorando su equilibrio y su condición física. Además contamos con una cama elástica donde los niños pueden aprender los trucos fuera del agua para luego aplicarlos en el parque”.
Lamentablemente esta temporada hubo muy poca actividad en la capital entrerriana por la bajante del río. Entonces Gino debió mudarse a Santa Fe para seguir con sus clases. “En la temporada 2019/2020 el wakepark de la Escuela Fly estuvo cerrado por la bajada del río. Por suerte tuve la oportunidad de seguir entrenando y dando clases en Santa Fe, en el Charquito Wakepark que fue todo un desafío ya que no tenía una escuelita armada como la Fly así que tuvimos que arrancar de cero. No lo armamos como Fly, pero le dimos una onda más familiar en la cual se coparon varias familias a tomar clases. Iban los chicos junto con sus padres y tomaban clases grupales, es otra onda, pero también estuvo genial ya que se coparon a esquiar un montón de personas”, confesó el paranaense.
Ante la ausencia del wakeboard y además de hacerlo con el winch, Gino comenzó a andar en skate. En este sentido dijo: “Con el skate primero que nada recién estoy arrancando, pero estoy re motivado. Es un excelente deporte y se complementa muchísimo con el wakeboard. Siempre digo que mientras más deportes de tabla haces, mejor estilo vas agarrando. Tienen similitudes y diferencias, pero al mismo tiempo son dos deportes diferentes, pero cada uno tiene su encanto. Me sentí muy cómodo en el skatepark quiero agradecer a Martín Villarruel (El Cana) y a Juan Pablo Almada (El Buitre) que me estuvieron dando una mano para aprender y a todos los chicos del skatepark que me recibieron con muy buena onda en el park”.
“Quiero destacar que tenía una idea diferente con respecto a la seguridad del park, pero con el tema de la cuarentena, qué hay muchos más policías, bajaron muchísimo los robos en la zona. Así que nada muy contento por conocer un deporte nuevo es mucho más difícil que el wakeboard, arrancando con que la tabla no la tenes pegada a los pies y que si te caes te, caes en el cemento”, finalizó.