Si conseguir un trabajo en relación de dependencia después de los 40 años se torna dificultoso, mucho más difícil es para alguien que ya pasó la barrera de los 50 y los 60 años. En una cultura en la que muchas veces a los adultos mayores se las excluye del mercado laboral, la posibilidad de iniciar un emprendimiento puede ser una salida laboral para quienes necesitan ganarse su sustento.
Cada vez más adultos mayores y el desafío de emprendimiento
Sin embargo, quienes no tienen experiencia para comenzar su propio camino se encuentran ante distintas dificultades: cómo definir el rubro al que van a dedicarse, cómo obtener los recursos para dar los primeros pasos, qué situaciones son las que deberán sortear para no claudicar en el intento, son algunas de las aristas que deben tenerse en cuenta a la hora de planificar una actividad de este tipo.
En este marco, el acompañamiento se torna fundamental y recurrir a alguna capacitación sobre el tema puede significar el puntapié inicial para clarificar las ideas y sumergirse en el apasionante mundo del emprendedurismo.
Con respecto a este tema, Norma Alonso, licenciada en Psicología, especializada en Gerontología, comentó a UNO: “Es necesario que las personas mayores hagan algo, no solo por su salud y por el bienestar que les va a generar esa actividad que inicien, sino por la necesidad de tener un ingreso, ya que la mayoría de la gente que se jubile va a necesitar una entrada extra debido a la situación de las cajas de jubilaciones, que tienen inconvenientes en todo el mundo, y Argentina no es la excepción”.
Entre Ríos es una de las provincias con mayor incremento poblacional de adultos mayores. En el Censo Nacional realizado en 2010 quedó reflejado que esta franja etaria alcanzaba al 14,3%, superando a lo que considera la Organización Mundial de la Salud (OMS) una población envejecida, que es el 11% de ancianos respecto de la población total.
“Ahora la gente mayor vive más años, y a la par hay cada vez menos nacimientos. Entonces, va a haber muchos mas pasivos que activos”, indicó Alonso, quien forma parte como capacitadora de un taller gratuito de emprendedurismo destinado a personas de más de 55 años, organizado por la Asociación El Recreo, junto con la Facultad de Ciencias Económicas, (FCECO), dependiente de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).
Esta iniciativa comenzó el lunes y según mencionó a UNO Silvina Ferreyra, secretaria de Extensión Universitaria de la FCECO la cantidad de inscriptos superó ampliamente el cupo dispuesto: “La verdad es que nos sorprendió la cantidad de anotados y extendimos el cupo que se estipuló cumpliendo los protocolos por la pandemia. Comenzaron 18 personas, pero 20 quedaron afuera, para una segunda edición”, refirió.
Propuesta
Ferreyra recordó que el Club de Emprendedores de la facultad nació en 2018, pero destacó que ya venían trabajando en este ámbito desde 2010, y aseguró: “Si bien hay adultos mayores en el Club, es la primera vez que tenemos este público de manera masiva”.
Ante esta exitosa convocatoria, Alonso analizó: “El adulto mayor está muy vinculado a la cultura del trabajo, y tiene la iniciativa de hacer algo”.
Alonso aclaró que “no cualquiera puede ser emprendedor ni hacer cualquier emprendimiento”. Para poder definir qué actividad llevar adelante es necesario conocer cuáles son las competencias y trayectorias personales, los objetivos, cuántas horas al día puede dedicarle la persona a la actividad, si puede hacerlo solo o si cuenta con ayuda, entre otras cuestiones.
“Al taller vino gente con 80 años, pero con otra trayectoria, no pensando en lo económico sino porque le hace bien a la salud”, mencionó la especialista.
En el taller ella se ocupa de transmitir diferentes aspectos a los concurrentes y sostuvo que al momento de emprender hay que procurar “levantarse con entusiasmo porque hay algo por hacer”.
A su vez, comentó: “En el taller aprenden a hacer un análisis de situación, avanzar con una producción, establecer una rutina de trabajo. Quien tiene el sueño de desarrollar ese emprendimiento seguramente va para estar mejor cada día, tendrá la expectativa de ir superándose. Después, cada actividad tiene su obstáculo, y realizando una tarea la persona mayor tiene su posibilidad de socializar, ya que se tiene que relacionar con proveedores, con clientes, con los asesores de márketing, por ejemplo”.
“Al ir desarrollando su emprendimiento van teniendo nuevas ideas, porque al tener entusiasmo se van abriendo puertas”, concluyó.