De madrugada, cuando todos duermen y los más jóvenes terminan las previas para salir rumbo a los boliches con sus amigos, Cayetano Alonso comienza a preparar el fuego. Ayer fue una vaquilla de 150 kilogramos.
Buscavidas: en una esquina de Paraná vende asado con cuero
El hombre asegura que algunos domingos ha llegado a cocinar tres. Lo hace en la esquina de Blas Parera y Churruarín. Es su manera de engrosar el ingreso familiar. Una forma de ganarse el sustento.
Una vez al mes y desde hace un año desarrolla la actividad en el lugar. Hay carros que venden choripanes, otros que ofrecen hamburguesas, panchos, lomitos y papas fritas. En el puesto callejero de este vecino de barrio Aatra, se pesa en su balanza asado con cuero.
“Lo tengo que tener preparado para las 11”, dijo a UNO mientras cortaba un kilo y lo ubicaba en la balanza sobre un papel. Lo cierto es que quienes viven en la zona hacen cola y a veces hay que esperar bastante. Incluso llegan compradores en autos de otros barrios. “Me dedico a esto, desde hace mucho tiempo, entonces se me ocurrió que lo podía hacer una vez cada tanto de esta forma”.
Alonso lleva registro de sus asados: la de ayer fue la vaquilla número 1.397 que ha cocinado con sus propias manos. “Las tengo contadas y además les anoto el peso en una lista y cuánto rinden”, aseguró.
Alrededor de las 4 se acerca su hijo y un ayudante para poder tenerla lista una hora antes del mediodía. “En un rato se termina la venta y descansamos un poco. Si empiezo a vender más tarde no termino nunca”. A veces hace más de una y la mayor cantidad fueron tres. “Lo que hago se vende”, dijo Alonso, cordobés pero que vive en Paraná desde el año 1974.
Antes se hacían con pedidos. Lo cocinaba en el mismo lugar y le daba prioridad a los vecinos de la zona que ya habían encargado su parte. “Era incómodo porque algunos venían tarde y se demoraba más. Ahora es por orden de llegada”. En total, el día que cocina el asado con cuero trabaja casi 12 horas.
Lo que puede ser un poco complicado es encontrarlo el fin de semana justo en que uno quiera disfrutar de su especialidad; no tiene fechas precisas para hacerlo. “Espero que se paguen los sueldos de la provincia y lo hago ese fin de semana.
Puede ser un 15, un 16 del mes que viene”, señaló. Un ayudante pone papel madera sobre la balanza, pesa el asado y lo envuelve. Ayer a la mañana, el promedio era de un kilo y medio por persona y la cola, por momentos, alcanzó a ser de más de 10 paranaenses.