Boca cumplió con su trabajo a la perfección y logró su objetivo: avanzó a los cuartos de final de la Copa Libertadores. El conjunto dirigido por Gustavo Alfaro le ganó 2-0 a Atlético Paranaense, gracias a los goles de Ramón Ábila y Eduardo Salvio, e hizo valer la diferencia que consiguió en Brasil (se había impuesto 1-0, con la conquista de Alexis Mac Allister). En la próxima instancia se medirá frente a Liga de Quito.
Boca le ganó a Athletico Paranaense y se metió en cuartos de final
El Xeneize salió con todo a buscar un gol que le brinde mayor tranquilidad ante un equipo brasileño que apuesta todo su juego al contragolpe. Contó con dos situaciones muy claras, ambas en los pies de Nahitan Nández. Sin embargo, el uruguayo, que disputa sus últimos minutos con la camiseta xeneize, se encontró primero con la espalda de Azevedo que evitó el gol, cuando el arquero ya estaba vencido tras una gran asistencia de Wanchope Ábila, y luego con las manos del guardameta Santos. La posición de Nandez resultó particular: primera línea de presión y con sorpresa para aparecer por las bandas.
El dato negativo de los primeros minutos es que el local sufrió tres amonestaciones veloces en la zona defensiva y de corte: Weingandt, Izquierdoz y Nandez. Paulatinamente, sin demasiada profundidad para romper, Paranaense se fue haciendo dueño de la pelota. En contrapartida, Boca estuvo cerca de golpear. A los 34′, Capaldo ganó de arriba, el arquero dio rebote, y en el flipper el central Pedro Henrique la sacó en la línea cuando el Xeneize se relamía. A los 43, tras un tiro libre venenoso de Zárate, Ramón Ábila desvió sin precisión en la boca del arco. Y a los 45, tras centro de Nandez, Mac Allister cabeceó y Santos logró rechazar.
Sin embargo, en el inicio de la segundo tiempo, Boca encontró el gol de la tranquilidad. A los 12 minutos de la etapa complementaria, Andrada sacó largo, la pelota superó el primer dique y le quedó a "Wanchope" Ábila, quien acomodó la pelota para su perfil, pisó el área y fusiló: 1-0.
Inmediatamente sufrió el dueño de casa, un minuto después, cuando Ruben remató cruzado y debió intervenir Andrada. Luego, Ábila volvió a mostrar su jerarquía: enganchó dos veces en el borde del área y asistió a Mac Allister, pero el remate fue desviado por Santos. El partido de Wanchope, una foto de sus virtudes y defectos. Capaz de ser un canto a la potencia, como en la acción del gol; con condiciones para la sutileza para elaborar una jugada como la que le armó a Alexis, y distraído para caer decenas de veces en offside o para perder una conquista como la de la primera etapa, tras centro de Zárate.
El gol dejó casi sin armas a Paranaense, un equipo más acostumbrado a contragolpear. Incómodo con la iniciativa en los botines de sus futbolistas, apenas logró generar peligro con algún destello de Rony o cuando Ruben fue asistido en su hábitat, el área. En el cierre apareció el tanto de Toto Salvio para asegurar la clasificación. Ahora a pensar en Patronato en Paraná.