Amílcar Rivero es paranaense, tiene 11 años y desde los seis que practica vela. El joven tiene uno de los mejores presentes a nivel provincial que se han registrado. Trofeos internacionales y buenos resultados a nivel nacional representando al Club Náutico Paraná. En unos días competirá en Mar Del Plata con el objetivo de clasificarse a otros torneos muy importantes de nivel internacional.
Amílcar Rivero: Una joven promesa con futuro internacional
UNO pudo comunicarse con él y con su padre David, para conocer su historia, sus inicios y sus objetivos a futuro. "Empecé cuando vi a los chicos que viajaban mucho y eso me gustó porque iba a ser una buena experiencia. Lo hice para divertirme y hacer amigos", contó Amílcar.
Sin embargo, nada fue fácil para él. El niño de 11 años, tuvo un largo impasse en su camino para llegar al alto nivel de competencia. Cuando recién comenzaba debió abandonar el deporte por temor. El club necesitaba una nueva flota en una determinada categoría, y fue el grupo de Amílcar quien salió de golpe, en su caso sin sentirse preparado, a navegar río afuera. Esa vez se asustó tanto que nunca más quiso saber nada con navegar.
A pesar de las largas charlas con su papá y su familia, fue su profesora María, con quien sus padres están eternamente agradecidos, la que lo convenció luego de meses, que volviese a competir en Optimist, deporte que le encanta pero que el miedo tapaba. Ahora, siendo uno de los mejores, Amílcar ya no tiene ese temor y sabe que cuenta con los elementos de flotabilidad necesarios y la supervisión de profesores para que nada le ocurra.
"Tuve miedo en un campeonato argentino; el último día del torneo hubo mucho viento y me bajé, no corrí la última regata porque no estaba acostumbrado a esas condiciones. Pero ahora, me da mucha felicidad estar en el barco y cada vez que me subo pienso que a la regata hay que salir y ganarla, no importa si te pasaste o pasó algo en el medio", explicó a UNO en una entrevista llevada a cabo en el Club Náutico.
David, el padre de Amilcar, es mecánico del club desde hace siete años y tiene cuatro hijos más. Comentó que el mayor de ellos fue el primero en empezar en este deporte de manera recreativa, al igual que Amílcar y su hijo menor, sin embargo, sólo el joven de 11 años continúa con la vela. En la familia no esperaban que llegase al nivel de competencia que está hoy ya que es un deporte que necesita de mucho dinero. "Cuando empezamos en esto me decían que era un deporte caro pero que a Amilcar había que seguirlo por sus condiciones. Al principio, como era recreativo, el club nos prestaba el barco pero, con el tiempo, a través de resultados y del gusto y la motivación de mi hijo, llegó al nivel que esta hoy y tiene su barco propio", contó emocionado.
En ese sentido, su papá contó a UNO lo difícil que le resulta a la familia poder solventar los gastos del deporte que, en su mayoría, son en dólares. "Él sabe que vamos hasta donde nos da el bolsillo porque cualquier cosa que se necesite para el barco, hay que pagarlo en dólares. Es un deporte muy caro y poco popular, no hay sponsors como en otros y por eso se vuelve tan difícil. Ojalá la historia de Amílcar haga que más chicos se sumen y que toda la flota del club pueda llegar a este nivel para que se conozca más".
Asimismo, se mostró muy agradecido por la cantidad de personas que han ayudado a su hijo para que pueda competir y mantenerse en el alto nivel. "Amílcar tiene mucho empuje deportivo y anímico de padres, subcomisiones, el mismo Club Náutico y su madrina deportiva, Sandra Leiva. Eso hace que él pueda participar de estos torneos tan importantes. Estoy eternamente agradecido a todos que, de una manera u otra, siempre me han ayudado con él. Cuando yo no podía viajar, ellos lo llevaban para que no se pierda ninguna competencia. Me han ayudado económicamente con eventos para que mi hijo pueda estar. No estaríamos hablando de este presente si no fuese por ellos".
"Estoy muy orgulloso de él. Por eso me daba muchísima lástima que, con este empujón que veníamos, no pudiese participar del Selectivo de Mar Del Plata", contó y agregó "este jueves por la mañana me enteré que, gracias a Sandra su madrina deportiva, Amilcar podrá participar en Mar Del Plata. Él no iba a ir y lo sabía porque económicamente, no podíamos".
En relación a ese torneo y al apoyo que recibe, la joven promesa del Náutico manifestó: "Estoy muy bien para participar en Mar Del Plata, voy a hacer lo mejor para poder clasificar a los campeonatos. Cuando mi papá me dijo que iba a ir me dio muchísima felicidad porque ya había descartado esa posibilidad. Hay mucha gente apoyándome y hacen que yo pueda seguir con este deporte".
CAMPEONATO INTERNACIONAL Y VIAJE A MIAMI.
Amílcar nunca había viajado en avión hasta que tuvo que ir a Estados Unidos, en diciembre 2017. "No tuve miedo en ese momento", aseguró. Por primera vez un entrerriano llegó al Orange Bowl Optimist por mérito deportivo. Rivero, finalizó 6° en el Torneo Sudamericano "Semana de Buenos Aires" y, eso le permitió clasificarse al torneo que se disputó en Miami y que es uno de los más importantes a nivel mundial. Fue el único entrerriano que compitió ese año y volvió siendo el mejor argentino.
"Cuando me llaman de la Organización Optimist Argentina para decirme que Amílcar había clasificado al torneo en Miami, empecé a temblar, puse el teléfono en altavoz para que hable mi señora porque yo me tildé. No esperábamos esto, generalmente los chicos empiezan a lograr resultados entre los 12 y los 14 años. Tampoco estábamos preparados ni deportiva ni económicamente, es la realidad. Pero, desde que nos enteramos del viaje, al principio no quisimos decirle a Amílcar porque no sabíamos si íbamos a poder solventar los gastos y todo lo que conlleva un viaje de esa magnitud. Tampoco sabía si él estaba preparado para esto, por eso con el primero que hablé fue con su profesor, Joaquín Krevinsky y él me aconsejó que Amilcar viaje. A partir de ahí, empezamos a difundirlo y, gracias a eso, empezamos a organizar eventos con la ayuda del club, padres que colaboraron individualmente y mi cuñada, todo para juntar dinero y que él pudiese viajar", explicó David. Y, Amílcar les retribuyó con excelentes resultados ya que fue el mejor argentino clasificado y el único que entró a la Copa de Oro. Quedó tercero en su flota y fue el único argentino en obtener un trofeo y una medalla de los 11 argentinos que participaron.
El primer vuelo
"Cuando fui a Miami, era la primera vez que volaba y fui solo, iban dos compañeros y mi profesor solamente. La mejor anécdota fue que pudimos conocer la cabina del avión porque, por medio de un conocido del capitán, el padre de uno de los chicos que viajó conmigo habló con él y nos invitó a la flota argentina. Eso no me lo olvido más". Además, mencionó que sus amigos lo felicitaron, también sus hermanos y declaró que es el mayor de ellos quien lo aconseja muchas veces ya que también practicó el deporte y "conoce otras técnicas", relató Amilcar sobre su primer vuelo.
FUTURO
Amilcar tiene por delante un año completo de competencias importantes. Del 3 al 10 de febrero correrá en el "Selectivo de Optimist" en Mar Del Plata para clasificar al Campeonato Mundial de Optimist, al Norteamericano y al Europeo de la misma categoría. Luego, a fines del mismo mes dirá presente, al igual que en 2017, en el "Gran Prix del Litoral" que arranca en Junín y es una fecha por mes a lo largo del Río Paraná. Además, a lo largo del año tendrá otros torneos de un fin de semana o cinco días de duración donde compiten chicos de todo el país y países vecinos.
De todas maneras, sus padres no quieren que el éxito en el deporte, desvíe al niño de lo primordial que es el colegio y la buena educación. "Que hoy Amílcar compita de esta manera es producto de como le va en la escuela y de su comportamiento en casa, y en general. Hay ciertas reglas que él tiene que respetar. El día que eso no suceda, tendrá sus consecuencias y habrá que sacrificar algo. En casa él es quien ayuda a su madre, el que queda a cargo, el que puede cocinar. Tiene una madurez que supera su edad pero también a veces hace falta bajarlo a la tierra, porque en su entorno, por lo que ha logrado, a veces, se le suben un poco los humos, pero nosotros y sus hermanos lo hablamos y baja enseguida. Está dentro de lo normal."
Si bien el 2017 fue su año consagratorio y de reconocimientos, Amil desde sus inicios y día a día continúa demostrando su pasión por el velero lo cual motiva a quienes lo rodean a seguir apoyándolo en esta aventura, más allá de las dificultades que puedan presentarse.
"Tratamos de acompañarlo en todo y apoyarlo, porque notamos que es lo que le gusta. Él es quien decide si quiere continuar con esta presión de competir a este nivel. Se levanta temprano y nos pide que lo llevemos a entrenar, está pendiente de todo lo que necesita y tiene que hacer para que el barco este bien y las cosas le salgan bien, sabiendo nuestras posibilidades también. Él le pone toda sus fuerzas y está feliz con lo que hace, por eso seguimos a pesar de las dificultade s", concluyó David.
Por Antonella Toso Gemelli