La comida puede llegar a generar tanta dependencia en nuestro cerebro como la que se produce por el consumo de drogas como la cocaína y la heroína, concluyen los investigadores del Scripps Research Institute de Florida (Estados Unidos).
Al igual que estas sustancias, los alimentos con altos contenidos en grasa, los hipercalóricos, los que contienen mucha azúcar y -sobre todo- los procesados activan la parte del cerebro encargada del placer, el sistema límbico. Y, si los consumimos con demasiada frecuencia y en grandes cantidades, podemos sobrecargarlo y generar una necesidad.
La dependencia no es el único síntoma de esta adición que se asemeja al de las drogas. Las personas adictas a la comida también muestran tolerancia a los alimentos. Al consumirlos demasiado, su cerebro deja de generar la sensación de saciedad y -por lo tanto- necesitan mayores cantidades.
Los investigadores del Scripps Research Institute de Florida han enumerado algunos de los alimentos que pueden llegar a ser tan adictivos como la heroína o la cocaína:
Hamburguesas
Patatas fritas
Pollo frito
Pizza
Panceta
Queso
Pochoclos
Chocolate
Helado
Galletitas
Tortas
Esto no quiere decir que no podamos disfrutar de una buena hamburguesa o un trozo de tarta en algunas ocasiones. Simplemente, debemos consumirlos con moderación. Y si no logramos controlarnos, hay que acudir a un médico y empezar con un cambio de hábitos antes de que se convierta en un riesgo para nuestra salud.
Foto: Web Sana Dieta España