Quedan muy pocas calles adoquinadas en la ciudad de Paraná. Como émulos de fulgores de otros tiempos, donde las noches eran prevalentes en la audacia y la creación solamente persisten algunos pocos espacios donde aquellos cuadrados pesados y brillosos resultan indemnes a los embates de tiempos modernos.
Oda recuperada a los adoquines de la ciudad
Sobre la presencia de Hector Gagliardi de Paraná y LT14
22 de julio 2018 · 13:30hs
Un trazo breve de calle Güemes, la Bajada de los Vascos, calle Osinalde y el pasaje Baucis. El bulevar Racedo. Y ya no quedan rastros de esos monolitos perennes que tiene la fortaleza inalterable de los siglos.
Por eso, quizás para indagar en la arqueología de las calles y debajo de los asfaltos habremos de consumar nuestra petición al reloj de sol, para que en la sapiencia de sus siluetas pergeñadas en las sombras de los ocasos y los albores recupere (al menos en el breve momento de estas líneas) algunos de los pétreos recuerdos.
Las calles y las lunas suburbanas, y mi amor y tu ventana
Ya sé que hay cosas que han pasado. Estampas que el tiempo se llevó para siempre y que solo las ansias suelen hacer una remembranza de eso. Y también sé que quizás sea lo único que queda, y digo eso de sensaciones que escasamente perduran por ahí.
De allí a la metáfora de los adoquines, esos testigos robustos de malevos y melancolías. Sería casi farragoso rastrear cada uno de los cargamentos de adoquines, sus variedades y sus especies que distintas modalidades adquisitivas de la comuna han implementado históricamente...quizás para alguna recopilación de otro tiempo.
Pero bien dice Ofelia Sors en su obra "Paraná. Dos Siglos y Cuarto de su evolución urbana. 1730-1955" que "Efectivamente, el 4 de abril de 1889 se dicta una ordenanza aprobando el plan de pavimentación según el sistema denominado adoquinado común. Es decir que los adoquines serán de granito de primera calidad a juicio de la Municipalidad, de los que se producen en la provincia de Buenos Aires o en la República Oriental del Uruguay...El adoquinado incluía un sector central de la ciudad limitado por las siguientes: al norte Rivadavia y Colón; al sur Paraguay y Diamante (hoy Enrique Carbó); al este Salta y Bolivia (hoy Belgrano) y al oeste Córdoba, Libertad y Progreso (hoy Italia)".
Pensar que la mayoría de ellos hoy son subterráneos, debajo de capas asfálticas, cementicias o en el peor de los sacrilegios extraídos para dejarlos vaya uno a saber dónde.
La llegada de LT14. La embajada artística de Radio Belgrano
Hace poco se cumplió un aniversario de la creación de la emisora LT 14 en Paraná, concretamente un 8 de julio de 1945. Para engalanar artísticamente el evento, una delegación artística de la entonces poderos Radio Belgrano. Venían entre otros Dora Peyrano, Leo Marini, Maria del Pilar, Elsita Marval, Orquesta de Adolfo Gendelman, Cesar Bo y su sexteto de jazz, la orquesta de Roberto Ruffino y otros. El anuncio vaticinaba más de 100 artistas en escena, en la gala que se realizaría en el Teatro 3 de Febrero. Los eventos y los artistas de este calibre eran inusuales y por eso habría tres funciones: el 8 a las 17.30 y el 9 a las 18 y a las 21.
Pero allí, entre ellos, el personaje que nuestro reloj de sol ha contenido en sus andanza: Héctor Gagliardi alias "El Triste".
Contame tu condena y decime tu fracaso. El Triste Gagliardi. Palabra de Homero Manzi
Gagliardi nunca fue considerado por la crítica en base a la cualidad literaria de su producción. En más de una ocasión fue acusado de sensiblero y hasta superficial, incluyendo por cierto juicios críticos atroces y hasta blasfemos.
Cosas que pasan que se trata de uno de los autores de mayor venta de libros en la historia literaria del país, y según mentan algunas estadísticas apenas superado por El Martín Fierro. Sin dudas, cosas que pasan.
Como fuera, su poesía en código de lunfardo atraía cientos de espectadores, ávidos de reconocer en la simpleza de sus expresiones la realidad que atraviesa la infancia idealizada, idílica y endulzada de aquellos años que ya pasaron. Pelotas de trapo, bolitas lecheras, señoritas de buena familia y porteros de la escuela recurrían con asiduidad a sus decires y recitados. Al respecto y al decir de tantos críticos, Gagliardi como poeta era un gran recitador...en fin.
Le decía "El Triste". El apodo viene a cuento de su poema "Los Reyes Magos", donde explica (aunque a muchos les parezca dulce) la pobreza y la ilusión de los pibes que esperaban regalos en épocas de escasez y pobreza.
Atravesado en toda la extensión de su cuerpo por el tango, por los arrabales y las emociones populares era capaz de recitar en cualquier sitio, al amparo de unos pocos parroquianos o de cientos de espectadores. Un artista, un bohemio. Seguro que los críticos tienen razón, pero me hubiera gustado ser su amigo.
Entre los artistas de la Radio Belgrano, la presencia del Triste Gagliardi era muy esperada. No hay constancias del desarrollo de su actuación ni tampoco de los poemas que recitó en esos días febriles de inauguración de la radio.
Pero la vastedad de sus poesías simples y sencillas puede recurrirse en muchos sitios, en varias ediciones. Y aún si así no fuera posible, la verdad es que en cualquier tango que se precie, su porteñidad estará sin dudas manifiesta.
Para no quedarme con la quizás aviesa opinión de la mayoría, a veces bien vale una opción más calificada. Y nada menos que Homero Manzi, quien le prologó su libro "Por las calles del Recuerdo" donde dijo (al refrendar su exposición) que "Para prologar este libro de Héctor Gagliardi pienso en su autor y me pregunto: – ¿Es un poeta? ¿Es un payador? ¿Es un cantor? No lo sé. Pero sé, eso sí, que él canta y que su pueblo lo escucha, mientras poetas nacidos de esta tierra, que no son de esta tierra, viven arrojando parvas versificadas con resonancias exóticas, al abismo sin eco de la cultura vanidosa que, para mayor desgracia, tiene, bajo la Cruz del Sur, el estigma trágico de la esterilidad".
Es palabra de Manzi. Y también, me hubiera gustado ser su amigo.