Siempre tuve la idea de que programar un partido de fútbol un domingo a las 11 de la mañana es lo más conveniente. Es un horario ideal. A mi edad ya no estoy para largas jornadas nocturnas y por eso no se me hizo difícil levantarme temprano el domingo, preparar el mate, sentarme frente a la pantalla del televisor y esperar la aparición del club de mis amores: River Plate. Enfrentaba a Defensa y Justicia por una nueva fecha de la Superliga, torneo en el cual está como a tres millones de puntos del único puntero, nuestros primos. Situación que no nos hace mella porque ya habíamos ganado en Mendoza la histórica Supercopa.
Nos mintieron otra vez
4 de abril 2018 · 23:08hs
El partido comenzó mal para el Millo, pero después lo empatamos. No había un juego vistoso, pero como uno es apasionado de este deporte siempre espera algo más. Sobre los 40' del período inicial, la pantalla se puso en negro y apareció el famoso cartelito de No signal. "Cagamos", dije. Otra vez problemas con el decodificador. Pensé esto porque ya había estado cerca de 10 días sin señal y con dos o tres reclamos realizados a la empresa correspondiente. Esperé unos minutos, y como la señal no volvía, agarré el celular y le mandé un mensaje a un amigo que tiene el servicio de la otra empresa de cable. Para mi sorpresa, también había sufrido el mismo inconveniente. Es decir, como dijeron algunas vez, "el corte es general".
Me levanté de la cama, di unas vueltas y al volver la señal estaba restablecida. A todo esto, el primer tiempo ya había terminado y River ganaba 2 a 1. Estoy seguro que mi puteada no llegó a oídos de los dueños de la empresa, pero fue una especie de descarga. A todo esto, y esto entre nosotros, el gol de Javier Pinola fue un espanto y no me había perdido de mucho.
Esta situación me vino como anillo al dedo para reflexionar sobre la prestación de ciertos servicios, ya sean de carácter privados o no. Y la verdad es que la mayoría deja bastante que desear. La zona del barrio San Agustín en Paraná volvió a sufrir la falta de agua en las últimas horas, un problema que ya tuvimos en el verano. Por suerte, en cuanto al servicio eléctrico el único susto que hubo fue al mirar la factura. Y así puedo nombrar otras deficiencias. Por ejemplo, los problemas que encuentran los usuarios al momento de tomar un colectivo, con frecuencias que no se respetan.
Todo esto bajo una catarata de aumentos que ya se pusieron en práctica y otros que se están planificando. Ahora, cuando se avecinen los días de frío se hablará otra vez del gas, otro dolor de cabeza para los usuarios de la red natural como así también para los que todavía utilizan garrafas.
Siempre tuve mis dudas con respecto a los servicios que presentaban una tarifa social. Sostengo que nunca se controló a quiénes beneficiaba y en el país de los vivos alguien seguro habrá sacado provecho de alguna forma. Pero cuando se comenzó a hablar de aumentos, escuché a muchos funcionarios decir que los mismos iban a estar destinados a la mejora de los mismos. A realizar obras para que ya no haya más cortes de luz o agua por ejemplo. Evidentemente, nos mintieron otra vez.
En el fútbol pasó algo similar. El discurso fue que en todo el mundo, para ver los partidos había que pagar. Se terminó el Fútbol para Todos. Perfecto. Supuestamente se ahorró una millonada de pesos. Ahora bien, ¿en qué se invirtió esa cifra? En salud, educación y seguridad evidentemente no. El negocio sigue siendo oscuro y prácticamente con los mismos personajes que estaban antes. Además, ninguna de las dos empresas de cable brinda un servicio acorde a la cifra que se abona mes a mes.
¿Existe algún organismo para controlar el mal funcionamiento de los servicios? Supongo que cada empresa debe saber cuáles son los problemas, al igual que el Estado. Pero como sucede habitualmente, miran para otro lado y que cada uno se las arregle como pueda.
El disparador de esta columna fue el corte a los 40' de Defensa-River. Muchos dirán que es algo pequeño al lado de otros problemas. Estoy seguro de que hay cuestiones en lo cotidiano que son más graves y que necesitan una solución inmediata. Pero todo me sirvió para llegar a una sola conclusión: nos mintieron otra vez.