Germán Berdiales: El poeta de los niños
Hay momentos en que le reloj de sol, en el ejercicio del azar, detiene su silueta en una sombra imprevista. En el oráculo de los años, los meses y los días su precisión es perfecta y lo súbito su destreza más elocuente.
Como cuando los decenios oscilan con la comodidad del olvido entre los siglos XX, XIX o XIX. O cuando sobre el agrio óxido de los papeles de los diarios antiguos los nombres refulgen. Así, diáfanamente, entre las apagadas luces de los archivos y los bibloratos, las encuadernaciones en tela y los envoltorios primorosos.
Así, de esa forma nuestro reloj de sol nos acostumbra a los imprevistos de aquellas noticias y novedades que (en la mayoría de los casos) pretenderíamos revivir. Pero esa, claro, ya no es la misión de nuestro artilugio.
El poeta de los niños
Germán Berdiales quizás no haya sido uno de los aspirantes al Olimpo de las letras argentinas, o a la selección de musas que uno pretende encontrar siempre en cada revisión introspectiva. Pero claro está, como cada uno de los escritores cuya pluma plasma en arábigos espacios su simiente de ideales, el caso de Berdiales radica en su dedicación exclusiva a la narrativa y a la poesía dedicada al segmento de niños y adolescentes.
Por cierto, era maestro y en ese sentido los años de docencia habían perfilado su personalidad de tal forma que tenía el hábil ejercicio de recrear en versos, infinidad de mundos y universos que estimularan la imaginación y los valores imperantes.
De hecho se ocupó en sus mocedades de la traducción de varias obras de un admirado suyo: Edmundo D'Amicis, el autor de la célebre y conocida selección de cuentos alpinos y relatos escolares llamada "Corazón".
Su natividad pertenece al siglo XIX y sus estímulos al principio del Siglo XX. Porque había nacido un 4 de septiembre de 1896 en un barrio de Buenos Aires con nombre de natalicio: La Concepción. Dicen que aún perduraban por esos años mozos de la centuria muchos negros con sus costumbres y creencias, y que en esa plataforma Germán comprendió la curiosidad y la magia juvenil.
Pero no sería su único alimento: apenas recibido del magisterio emigra a Chubut, y es allí donde dando clases a niños de diferentes etnias confluye su sentido patriótico con la actividad que desarrollaba. También da clases en La Pampa y ciudades del sur de Buenos Aires donde conoce a diferentes personalidades que incrementan sus anhelos y propugnan su talento.
Lo demás, es escribir.
Modesto Ederra, el mecenas
Quizás a muchos este nombre no le resulte demasiado conocido e incluso absolutamente extraño. Pero para muchas generaciones (sobre todo las afectas a la lectura) el nombre de la Colección Robin Hood llegará a las sensaciones de su mente como un bálsamo. Pues bien, en aquellos ya lejanos libros amarillos de tapas duras, Germán Berdiales publicaría la mayoría de sus principales obras literarias. Es así que título como El Primer soldado de la Libertad o "El hijo de Yapeyú" reafirmaban su condición sanmartiniana y admiración al gran héroe; mientras que "El divino maestro" demostraba su concepto cristiano y "El maestro de América" su devoción por Domingo Sarmiento. También la editorial de Modesto Ederra (se llamaba Editorial Acme) publicaría un libro de poemas titulado "Los Versos". Publicaría también, un ejemplar de "Teatro Robin Hood", obras teatrales para niños.
Algo de la vastedad de su obra
Pero no fue claro la única editorial en receptar sus trabajos. Así es que otros títulos como Joyitas (1930), La canción de cuna (1937), Fabulario y Mis mejores cuentos para niños (1949) pueden encontrarse en diferentes ediciones y bibliotecas. También Nuevo ritmo de poesía infantil (1943), Risa y sonrisa de la poesía niña y Poesía infantil recitable; sumado a estudios ensayísticos tales como El arte de escribir para los niños, El cuento rioplatense o Lecturas para la niña que se hace mujer.
Su presencia en Paraná. Literatura por cincuenta centavos.
El comentario de esta nota alude a dos conferencias brindadas por Germán Berdiales en nuestra ciudad; y si bien no se trata de la única vez que vino si es la primera de ellas. En otras oportunidades hemos difundido su presencia aquí como participante en el Congreso Nacional de Escritores de 1964.
Pero se trata esta de su primera visita a la ciudad, convocado por nuestros recurrentes amigos del Centro Cultural "José María Onetti" acompañados en esta ocasión por el Centro de Ex alumnos de la Escuela Rivadavia.
Las conferencias fueron previstas para los días 2 y 3 de junio de 1948 y los lugares elegidos fueron la Biblioteca Popular del Paraná y el salón de actos de la Escuela Rivadavia. Allí, Berdiales se explayaría sobre "El cuento infantil rioplatense" en una alocución que fuera muy respaldada por los asistentes, sin dejar de mencionar que entre los autores a que se hubo referido mencionara nada menos que a Horacio Quiroga.
El día siguiente y en el salón de la escuela Rivadavia se presentaba con "En un barrio porteño muy pobre vivía un niño muy pobre también" lo cual se trataba de un aspecto más artístico que académico, ya que en el mismo se declamarían diferentes y muchos poemas del autor. Así, estaba prevista la lectura de títulos como "Tríptico de la Bandera" o "Leyenda de la muerte de Güemes".
Había que apoyar la iniciativa cultural también desde lo económico y por eso, el valor de la entrada era de $0,50 centavos.
Germán Berdiales continuó su prolífica acción literaria, incorporando cada vez más títulos a su currículum. Asimilado ya a una época que se iba, falleció en su departamento de Buenos Aires el día 17 de mayo de 1975.-