James, el gato de Julian Assange vestido con corbata en la ventana de la embajada, le quitó el protagonismo a su dueño durante el interrogatorio que el fundador de Wikileaks debió contestar en la embajada de Ecuador en Londres, donde está refugiado desde 2012 por una denuncia de abuso.
El gato le quitó el protagonismo a Julian Assange
El gato del ciberactivista y periodista australiano tiene una cuenta en Twitter muy popular con más de 23.700 seguidores y más 3.000 seguidores en Instagram.
Los periodistas aguardaban la llegada a la embajada de la fiscal sueca Ingrid Isgren, quien arribó a la embajada para participar en el primer interrogatorio a Assange, a cargo del fiscal ecuatoriano, Wilson Toainga.
Sin embargo, poco después de que las autoridades llegaran a la embajada, lo que se robó la atención de los fotógrafos fue otra cosa: el gato de Julian Assange por la ventana, con un clásico collar atado al cuello.
Cuando se aburrió, el animal se fue de la ventana para luego regresar al ojo de los periodistas vestido para la ocasión: de terno y corbata.
Esta no es la primera vez que el gato del fundador de Wikileaks se roba la atención. De hecho, es toda una personalidad en redes sociales.
El felino posee una cuenta de Twitter: @EmbassyCat. En la biografía del animal en la red social dice que vive con el Señor Assange en la Embajada de Ecuador de Londres y que está interesa en la "purrveillance", un juego de palabras entre "purr" (el sonido que hacen los felinos) y "surveillance" (vigilancia en inglés).
La cuenta de @EmbassyCat sigue a varias otras relacionadas con la política local y foránea, como el Departamento de Estado de Estados Unidos, secretario de Asuntos Exteriores, Philip Hammond y a otro felino famoso dentro de la política británica: Palmerston, el gato de la Oficina de Asuntos Exteriores de Reino Unido.
De hecho, @EmbassyCat le tuiteó a Palmerston a su cuenta de Twitter @DiploMog, felicitándolo por haber atrapado a otro "roedor" en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
"El valiente @DiploMog capturó a otro roedor en en la Oficina de Asuntos Exteriores de Reino Unido. ¡Saludos!", escribió. Sin embargo, nunca tuvo respuesta de Palmerston.