Víctimas que necesitan ayuda

Marcelo Medina/ De la Redacción de UNO

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Los camaristas de la Sala II de la Cámara del Crimen de Paraná dictaron un fallo ejemplar: condenaron a prisión perpetua a Aníbal Martínez, quien asesinó a puñaladas a su pareja Carina Pérez. Pero el sabor que deja la sentencia es que faltó algo más. Los jueces no ordenaron investigar la inacción de los organismos del Estado provincial, que por acción u omisión dejaron sola a Carina, quien pidió ayuda, pero como nadie la escuchó terminó en un cajón. Con ella murieron también sus familiares, que aún hoy no se pueden recuperar. En el caso parece haber un doble abandono. Primero a la víctima y luego a su familia. Sin embargo, aún hoy las autoridades tienen la posibilidad de cumplir con su tarea y ayudar a una familia que lo necesita.

A diario recibo en mi casilla de e-mail correos informando sobre mesas de debates sobre violencia de género y acciones para ayudar a la mujer. A esos correos electrónicos los guardo y los leo, pero no coinciden con la realidad. Por citar un ejemplo: en las comisarías las mujeres siguen siendo víctimas de violencia cuando van a denunciar y más si son parejas de uniformados.

Carina no fue asesinada hace 10 años, cuando la violencia de género no estaba en la agenda del Estado. Carina murió el 28 de agosto de 2013. La mujer fue y vino muchas veces a la comisaría quinta y otros organismos del Estado. Pero nadie la escuchó. En una época donde las mujeres ocupan cargos sumamente importantes y donde el tema de la violencia está entre los más relevantes del gobierno nacional, provincial y municipal nadie la escuchó.

Los camaristas cumplieron con su trabajo de dictar una sentencia en base a las pruebas, pero uno como ciudadano esperaba ansioso un pronunciamiento de los jueces sobre el accionar del Estado, ya que a veces un reto de la Justicia puede servir para que tantos anuncios se concreten y para que los funcionarios encargados de esas áreas trabajen como corresponde. Sería hipócrita no reconocer que hay personas en el Estado municipal, provincial y nacional que cumplen con su labor y hacen mucho para ayudar a las mujeres que sufren violencia. Pero también están aquellos que tratan de mostrarnos una realidad que no existe.

Hace pocos días me enteré a través de la familia Pérez que no están recibiendo asistencia psicológica ni contención de los profesionales que el Estado tiene destinado para eso: Oficina de Asistencia a la Víctima por citar un área. Solo el Copnaf asiste a la hija menor, pero a los adultos que no tienen cómo salir adelante nadie los ayuda. A veces a las familias que sufren un delito tan grave hay que ir a buscarlas para salir adelante porque quedan completamente destruidas. En el caso de la familia de Carina, el periodista de UNO José Amado me contó que la madre sale todos los días a buscar a su hija por el barrio Mosconi. La historia me conmovió, espero que también a alguien del Estado le pase lo mismo y en los próximos días tenga que escribir otra columna contando que esta familia está recibiendo la ayuda que necesita.