Licuados
14 de febrero 2016 · 11:26hs
De la Redacción de UNO | [email protected]
Los medios que manejan la información más fina del gobierno nacional, y que con ese manejo definen buena parte de la comunicación de la administración macrista, admitieron ayer que la inflación de enero superó el 4% y que la de febrero, con suerte, será 3,5%.
Esas novedades fueron publicadas por el diario Clarín, que en la edición de ayer también incluyó una nota preguntándose si es una buena o mala noticia que la recesión comience a frenar la inflación. Si bien es cierto que ese freno todavía no se advierte, en esa nota había testimonios de empresarios y comerciantes hablando de la clara caída de las ventas comparadas con el año pasado. Parece mala, ¿no?
No hace falta ser economista para advertir que si enero arranca con 4% de inflación y febrero con 3,5%, la proyección anual supera largamente el 25% que previó para este año el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación, Alfonso Prat Gay.
Los docentes entrerrianos nucleados en Agmer reclaman una suba salarial no menor al 45%, que seguramente es un porcentaje bastante cercano a la caída del poder adquisitivo del salario durante 2015 y lo que va de 2016. No aparece nadie que se atreva a refutar ese número, aunque está claro que la situación financiera de la Provincia permitirá, a duras penas, ofrecer algo más que la mitad de lo que se reclama.
Aseguran en el equipo de Economía provincial que la situación es ajustada y que el hecho de haber acortado el cronograma de pago de haberes a empleados y jubilados provinciales -respecto de los últimos meses de la gestión de Sergio Urribarri- se debe más a resortes coyunturales que habilita la Nación, que a un cambio en la matriz de las finanzas provinciales, imposible de lograr en dos meses por supuesto.
Lo que queda muy claro, observando las negociaciones paritarias en la ciudad de Buenos Aires y en la provincia homónima, que son jurisdicciones gobernadas por el macrismo puro, es que el techo de la paritaria está en el 25%, o muy poquito más. Se habla de compensaciones como la suba del piso para pagar Ganancias, algo que parece justo, pero que alcanza a solo una parte de los asalariados.
Los gobiernos provinciales, a quienes el macrismo mantiene alineados con la promesa de rediscutir el reparto de los fondos coparticipables y de habilitar endeudamiento, no podrán salirse de este esquema de un techo para las paritarias. Es sabido que la autonomía de las provincias es muy limitada. No por culpa de Macri que está hace 60 días en las Rosada, por supuesto, pero en ese aspecto las cosas siguen igual.
De allí el cálculo obvio: si los sueldos cayeron el 45% y la oferta de recomposición es 25%; la merma del poder adquisitivo del salario será de 20%. Si hubieran caído 40%, bueno... la merma será del 15% o del 13%; pero está claro que el resultado será siempre negativo.
Cito otra vez medios cercanos al gobierno, como Clarín e Infobae, que la semana pasada publicaron datos acerca de la inflación de alimentos, pronosticando que estará entre el 50% y el 60% durante 2016. Para los que menos ganan, que dedican mayor parte de sus ingresos a la alimentación y que no pagan Ganancias, la pérdida de poder adquisitivo será mayor todavía.
Nadie espera que ningún gobierno aplique un plan económico en dos meses. Los entendidos discutirán si las primeras medidas del macrismo contribuirán, a largo plazo, a lograr la felicidad del pueblo y la grandeza de la Patria. Eso está claro. Tan claro como que durante este año será difícil convencer de lo contrario a quienes entendemos que una parte esencial del plan económico pasa por licuar los salarios con la inflación,es decir, abaratar los salarios.