A Daniel Ávila le gustaba conocer otros lugares, y cada vez que podía emprendía algún viaje. Apasionado de las motos, un día decidió que su próxima travesía sería en su BMW de 650 cilindradas. Fue con un amigo y compañero de trabajo, Francisco Bertot, y junto a un grupo de moteros circularon miles de kilómetros por rutas argentinas.
Llegaron a la cuesta de El Portezuelo (Catamarca) justo un mes antes de que comenzara el verano, en 2014. Este camino es una importante vía que conecta la Región Centro y la Región Este en esa provincia. En medio de los imponentes paisajes de las montañas, que desbordan de belleza, iban los viajeros entrerrianos disfrutando de la brisa. La experiencia de circular entre los sinuosos caminos que cortan las verdes laderas besadas por un cielo diáfano es extraordinaria.
Había llovido poco antes y ellos lograron resguardarse bajo un puente. Cuando las condiciones de seguir fueron seguras, reanudaron la travesía. Sin embargo, en un tramo del trayecto, Bertot –que iba adelante– dejó de divisar a su compañero por el espejo retrovisor y decidió volverse. A pocos metros lo encontró tendido en el asfalto con su moto. Enseguida llamó a Gendarmería Nacional, que tenía un puesto cerca, y acudieron a socorrerlo.
Ávila aparecía entre las noticias policiales al otro día en un diario catamarqueño. “Está grave por derrape” era el título de la nota que daba cuenta de su estado de salud. Un fuerte golpe en la cabeza le había provocado un traumatismo de cráneo.
El casco y el equipo que llevaba puestos lo protegieron al precipitarse contra el suelo, pero la fuerza del impacto fue tal que le llevó mucho tiempo lograr que le dieran el alta.
“Estuve ocho meses dormido”, afirmó a UNO, ya recuperado. Dijo que no sabe si en realidad estuvo en coma. Su hija aclaró que sí. Ya hace seis meses que despertó, pudo reanudar su vida y hoy prácticamente no tiene secuelas. “Fue en julio del año pasado cuando desperté y ya me habían traído de regreso a Paraná. Ahí empecé a tomar noción de lo que me había pasado”, dijo.
“No sé porqué estuve tanto tiempo dormido”, repite. Tras el incidente en la ruta fue trasladado de urgencia al hospital San Juan Bautista, de San Fernando del Valle de Catamarca, y luego a nosocomio de Rosario, ya que tenía una infección. Sin embargo, destaca que los médicos de la capital entrerriana fueron los que los ayudaron a salir adelante y a recuperar la memoria.
Si bien no recuerda el momento preciso del accidente, señaló que los doctores que lo atendieron durante los meses posteriores le dijeron que lo que podía haber provocado la caída fue su presión arterial baja, y que esto hizo que se desvaneciera; o algún desperfecto en el rodado.
Salvó su vida milagrosamente y hoy agradece a quienes lo ayudaron, sobre todo a Bertot, que regresó a ver qué le había pasado, a su familia y a compañeros de trabajo. Con su testimonio quiere infundir esperanzas a otras personas que están pasando por alguna situación adversa. “Gracias a Dios estoy bien, y a quienes pasan por una situación similar, quiero decirles que se puede salir adelante”, concluyó.
Precauciones para viajar
“Mi moto quedó hecha pedazos tras el accidente”, dijo Ávila. Como viajero avezado, el hombre destacó que llevaba todos los elementos de seguridad, si no otra podría haber sido su suerte. Los foros de moteros hacen hincapié en que hay que chequear el estado del vehículo antes de salir a la ruta, y hay que contar con los repuestos que permitan seguir viaje hasta la próxima ciudad en caso de algún desperfecto. Entre ellos, el aerosol que sella pinchaduras, una cámara de repuesto y también inflador. A su vez, recomiendan lubricar a diario la cadena, el piñón y la corona si se va por ripio o tierra; y no olvidar cables de embrague.
Estuvo ocho meses en coma, salió y quiere transmitir esperanza
Daniel Ávila tuvo un accidente con su moto en la ruta en 2014. Afirma que los médicos en Paraná son los que lo ayudaron a recuperarse
22 de enero 2016 · 10:51hs