Javier Aragón / Redacción de UNO
Aquellos viejos discursos...
Para algunos son meras cortinas de humo con el fin de tapar la verdadera realidad que afecta a los argentinos y de esa manera desviar la atención de situaciones más graves, incluso hasta el punto de vista institucional. Todos estamos hablando de derechos y obligaciones, que ya están debidamente marcados en la Constitución, pero así y todo se buscan artilugios para reducirlos. Sigue vigente algo que hasta un niño del preescolar se da cuenta, como los números del Indec, tal es el caso de que con 6 pesos por día se puede comer. Hay que decirlo con todas las letras, nadie pude alimentarse con tan magro aporte económico.
En esa línea, aparecen debates traídos de los pelos como la afectación a la comunidad de tres estúpidos que se calzaron insignias nazis en una fiesta de disfraces. Se las debe repudiar, pero los afectados directos hasta ayer no habían realizado ninguna denuncia en la Justicia, ya que para algunos sectores de la Justicia no es un delito. Mientras tanto vemos que algunos en broma, para ridiculizar desfilan igual que las terribles SS o hablan como el mismo Hitler. Claro, eso en boca de algunos es progre, es divertido, y es permitido más estando de moda. Habría que preguntarle a las entidades judías qué piensan de tales actos artísticos. En la Argentina nos enseñaron de chicos que la Constitución se debe cumplir en un todo, y no a modificarla por apetencias personales o partidarias. Sin embargo, ahora el debate pasa en que la historia se construye por la acción de una determinada persona, dejando de lado los proyectos y los ideales.
Parece ser para algunos que si no está una determinada persona el país se destruirá, se desintegrará. Los países serios, con políticas de Estado que perduran en el tiempo, se levantaron con palabras tales como acuerdos, alternancia del poder, respeto a las instituciones, lucha contra la corrupción y la pobreza. Seguramente mientras en la Argentina se fije como debate si es posible comer con 6 pesos o si las ventas irregulares de jugadores no llega a la AFIP, estaremos dejando pasar la oportunidad para hablar o exigir a nuestros gobernantes que se preocupen por los temas importantes del país.