Ramón Vallejo sabía todo. Con su bastón había tocado el cordón de la vereda cuando se dispuso a esperar el colectivo en la esquina de Pellegrini y Montevideo.
Ramón esperaba el colectivo con un auto estacionado en la parada
El vehículo estaba sobre las líneas amarillas porque la zona demarcada también estaba ocupada. Una cadena de irresponsabilidades.
18 de septiembre 2016 · 12:56hs
El hombre de 50 años detectó que "el codo" de la curva estaba ahí nomás. Es decir que el vehículo no podía estar peor estacionado.
"¿Están pintadas las líneas amarillas?", me preguntó.
Sí, están pintadas las líneas en el cordón y en la calle. –Le respondí– En degradé. Más ancha cerca de la parada y la última muy chiquita llegando a la esquina.
El cajón demarcado para que estacione el colectivo estaba ocupado por otros autos, mucho más atrás.
Ayer pasadas las 10.30 de la mañana los automovilistas habían ocupado todos los lugares disponibles para estacionar, inclusive el de la parada de colectivos.
En realidad los usuarios del transporte público se ubican en la esquina para aprovechar el techito del local que vende vestidos de alta costura.
No hay garita en las paradas de calle Pellegrini. Ramón lo sabe, el hombre de 50 años es el presidente del Centro Amigos del Ciego de Entre Ríos que tiene la sede sobre calle San Martín, a unos 100 metros.
"Esto es parte de la problemática pero tratamos de consensuar y que las personas consideren la discapacidad como parte de la sociedad", advirtió Ramón antes de que se prenda el grabador y después de escuchar los gritos del conductor del utilitario.
¿Para qué sacás fotos? –recriminó– el infractor. Porque soy periodista. Después intentó ser agresivo pero nada fuera de lo normal.
Ramón siguió esperando el colectivo un buen rato bajo el sol y seguro que pidió, entre sus oraciones, que dejen el espacio libre para poder subir al colectivo. Una vez que llegue.