José Amado / De la Redacción de UNO
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Policías persiguen y balean a un joven en el Gaucho Rivero
La tarde calurosa de ayer se volvió un infierno durante algunos minutos en el barrio Gaucho Rivero de Paraná. Una balacera alertó a los vecinos, y poco después sacaban de una vivienda a un joven herido de bala en la pierna y el cuello. Sobre lo que pasó, hay dos versiones con matices diferentes, entre lo informado por la Policía y lo manifestado por algunos vecinos.
Desde la fuerza informaron a UNO que dos personas armadas habían entrado a robar en una casa de calle Ejército Argentino y Cuyas y Samperez. Un vecino alertó al 911 y dos efectivos de la comisaría novena con apoyo del comando comenzaron llegaron al lugar, vieron la puerta barreteada y la puerta forzada. Había dos sujetos que huyeron, y comenzó la persecución a uno de ellos.
En un momento, el joven amagó a sacar algo de la cintura, por lo que los policías le dispararon a las piernas con la pistola 9 milímetros. Cuando iban por calle Palma, el supuesto ladrón se metió en una vivienda y los policías entraron por la casa lindera.
En circunstancias que se investigan, el muchacho cayó herido con un nuevo balazo en el cuello en la casa de atrás, ubicada sobre calle 968, paralela a Palma. Al parecer, los policías se metieron a las viviendas y le dispararon desde uno de los patios que están dividios por chapas y alambres.
Más tarde, durante el procedimiento, encontraron un revólver calibre 22 debajo de un auto Fiat Duna estacionado en una casa de calle Palma, que la Policía sostiene que sería del muchacho baleado. Al ser peritado, se encontraron en el tambor dos vainas servidas, que confirmarían el intercambio de disparos.
Una ambulancia llevó al joven al hospital San Martín, identificado como Julián Alexander Pretti, conocido como Stuart (por el personaje de una película) de 21 años, que cuenta con varios antecedentes policiales por hechos delictivos. En la vivienda donde lo arrestaron, se secuestró la garrafa y la bordeadora robadas.
En el lugar del hecho se hizo presente el fiscal Gervasio Labriola, quien ordenó la intervención en el hecho de la Dirección Investigaciones y de Criminalística para esclarecer el episodio. Además, dispuso la detención del joven por el robo. Entre otras medidas solicitadas a los peritos, se espera el resultado del dermotest practicado al detenido.
Otras voces
Vecinos de la zona que dialogaron con UNO dieron otra versión: que la persecución venía en sentido contrario a lo informado por la Policía, o sea por calle 1.011 y no por Palma.
El joven se metió en la casa de la calle 968 y los policías efectuaron varios disparos con sus armas desde las viviendas lindantes. Además, nadie lo vio portando un revólver.
Una señora que vive en una de las casas donde se escondió el joven contó: “Cuando me desperté estaba el chico sentado ahí, porque entró por el fondo. Justo el nene me habló y me dijo ‘ahí va un muchacho’. Me pidió agua y le di, ya tenía un tiro en la pierna. Le dije que se fuera porque me ponía en un compromiso y salió para allá (hacia el fondo). Los policías aparecieron de golpe, me metí para adentro, me pidieron permiso y lo siguieron”. Además, agregó que el joven no tenía arma. “No sé cómo apareció el arma, porque él venía desde allá (por el lado contrario)”, se preguntó la mujer.
Los muchachos de la casa donde fue arrestado Pretti, contaron que estaban durmiendo la siesta con el aire acondicionado, y que de repente observaron al joven herido y sangrando en el interior. “Se mete en la casa y cae adentro”, contaron.
Allegados a Pretti, indignados
Un grupo de vecinos de las casas de enfrente, en la 1011 y la 968, que son conocidos y allegados a Julián Pretti, estaban indignados con el episodio y afirmaron a UNO: “Ya lo tenían rodeado, ellos directamente tenían que sacarlo, pero no balearlo”. El muchacho herido “es de acá de la zona, cada vez que los milicos lo ven se lo llevan por nada, por eso cada vez que él los ve sale corriendo”. Otra mujer dijo que “lo podían sacar bien porque ya lo tenían, y llevárselo para que lo juzguen”.
Otro joven del barrio dijo: “No sabemos si robó, el pibe no tenía nada. Siempre dicen que roba, el policía le gritaba ‘¡te voy a matar, me tenés podrido!’”.
Además, los vecinos afirmaron que les pedían a los policías “que no tiren que había chicos, que tengan consideración”, y les respondieron: “¿Qué quieren, que le golpeemos la puerta, no ven que estamos en una persecución?”. Otros aseguraron que después del hecho vieron a los policías “juntar las vainas y los cartuchos”
Otra señora contó que situaciones parecidas (aunque no tan extremas) suceden a menudo en la zona: “Siempre hablan de los chicos de los barrios pero no ven la violencia de ellos. Este pibe está cansado que lo verdugueen. Hay pibes que estuvieron mal y se recuperaron, pero ellos ya los tienen marcados. Cómo querés que los gurises salgan adelante así, después les empiezan a agarrar bronca y les tiran piedras a los patrulleros”.
“Si el muchacho cometió un error está la Justicia, ellos no pueden venir a hacer lo que hicieron”, concluyó una mujer.