Una doble sensación tiene Andrea, la madre de Agustín el niño de 11 años que el domingo fue atacado y mordido por un pitbull en Paraná. Por un lado está contenta porque su hijo evoluciona lentamente, y por el otro piensa en que las mordeduras hubieran sido "cinco centímetros más abajo lo podría haber degollado".
Lo primero que informó la mujer fue que el niño está evolucionando bastante bien "pero lento y habrá que esperar cómo sigue esta historia".
Detalló que por lo que le contó el nene y otros familiares,"el animal lo agarró desprevenido, no lo conoció y le saltó a la cara. Mi hijo estaba sentado y nada pudo hacer para evitar el ataque".
Sobre el tratamiento resaltó: "Anoche tuvo fiebre, pero está muy bien atendido y fue sometido a una intervención quirúrgica, por lo que habrá que esperar cómo le queda la primera sutura para ver si necesita otra reconstrucción o no".
Aclaró que el animal era grande y "se ve que no estaba acostumbrado a ver a mi hijo que iba poco para esa casa, dónde sí viven otros chicos".
Así y todo, y pese al nerviosismo inicial, indicó Andrea: "La herida fue grande, en la cara, pero la sacó barata porque no le afectó el ojo u otra zona vital".
Finalmente consideró que por el informe de los médico "si todo va bien", entre el martes o miércoles le podrían estar dando el alta médico. Además, mencionó que a la tarde se hicieron presentes los familiares que restaban llegar para dar detalles de cómo fue el ataque del perro.