Las hipótesis van desde un femicidio en situación de prostitución a un ajuste de cuentas, en la investigación por el asesinato de Jéssica Do Santo, la mujer de 36 años cuyo cuerpo fue hallado desmembrado el miércoles por la tarde en un descampado del Parque Nuevo, en Bajada Grande. Ayer hubo dos allanamientos en el barrio Los Arenales, donde supo residir la víctima un tiempo y secuestraron algunos elementos que podrían tener relación con la causa.
Allanamientos sin pistas firmes por la mujer asesinada en Paraná
Hay varias hipótesis sin sospechosos por el crimen de Jéssica Do Santo. Requisaron casas en Los Arenales.
11 de noviembre 2016 · 06:50hs
En principio, se trata de establecer quién fue la última persona que la vio con vida. Hasta ahora se pudo constatar que el hombre con quien vivía en el barrio Las Flores la vio el sábado a la noche, lo que acotó el margen de búsqueda al fin de semana, ya que en principio se presumía que la muerte se había producido varios días más atrás. Sin embargo, como Jéssica ejercía la prostitución sin lugar fijo, nadie hasta ahora pudo aportar si estuvo con algún cliente durante el fin de semana.
Los procedimientos realizados ayer fueron en dos viviendas de calle El Patí, donde la mujer había estado residiendo hace poco. En uno de los domicilios secuestraron prendas de vestir, y en ambos los celulares de las personas que los habitan, para observar si de las pericias surgen mensajes de texto elocuentes respecto a la muerte de Jéssica.
En el ámbito de las trabajadoras sexuales de Paraná, todas las mujeres están anonadadas con lo sucedido. "Ella no tenía parada fija, caminaba, no tenia una esquina como quien dice, tampoco sabíamos mucho de la vida de ella porque nunca hizo amistad, cada una hace su trabajo y después se retiran a su domicilio. No tenemos sospechas de nada", dijo a UNO una de ellas. "Estamos mal por lo que acaba de suceder, porque aparte de ser una compañera es una mujer, es indignante. Queremos que se esclarezca, que salga a la luz", reclamó.
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Hay temor en el barrio Las Flores tras el crimen
Ayer por la tarde, UNO dialogó con el hombre que dio asilo por un tiempo a Jéssica, en su vivienda del barrio Las Flores. Contó que lo sorprendió la muerte, aunque presumía algo extraño cuando, desde el sábado, pasaban los días y no regresaba. Un vecino se acercó asustado pidiendo no divulgar la ubicación de la casa: "No sabemos por dónde viene la mano, si es por una deuda y si van a querer venir a matar al viejo", dijo, entre desconcertado por el crimen y a la vez sospechando algunas hipótesis. Otra, cree que tal vez un cliente de la víctima, que ejercía la prostitución, sea el asesino. Lo cierto es que el barrio ubicado entre calle Ituzaingó y el arroyo Antoñico, no salen del estupor que provocó el brutal asesinato de la mujer que veían casi a diario.