Los restos del fiscal federal Alberto Nisman son velados en una ceremonia reservada para familiares y amigos en una casa funeraria del barrio porteño de Belgrano.
Velan a Nisman en una ceremonia privada
En el lugar están la madre del fiscal, Sara Garfunkel, y la ex esposa, la jueza Sandra Arroyo Salgado. Las calles cercanas están valladas y no se permite el ingreso a nadie que no sea del círculo de Nisman o vecinos de la cuadra. En el último caso, los policías solicitan documentos de identidad para permitir el acceso. A los medios de comunicación, tal como se lo anunció, no los dejan ingresar, publicó La Nación.
Alrededor de las 20.45 arribó al lugar el presidente de la AMIA, Leonardo Jmelnitzky. Además, estuvo el embajador de los Estados Unidos en la Argentina, Noah Mamet. A partir de las 21.15, llegó el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro.
El cortejo fúnebre saldrá a las 9 del jueves desde la funeraria con destino al cementerio israelita de Tablada, donde se realizará una ceremonia religiosa a cargo del rabino Marcelo Polakoff, según informaron fuentes comunitarias citada por la Agencia Judía de Noticias.
Incidente
Un grupo pequeño de mujeres y hombres mayores de edad dañó la corona enviada por la procuradora Alejandra Gils Carbó a la casa de sepelio.
Cuando la ofrenda floral llegó, se arrojaron sobre quien la portaba, arrancaron la faja con la inscripción "Ministerio Público Fiscal de la Nación" de la corona y la pisotearon.
En tanto, otro grupo arrojó piedras, poniendo en peligro la integridad de las personas que llegaron a solidarizarse con la familia de Nisman.
Entre los manifestantes que se ubicaron en las inmediaciones de la casa velatoria de calle O'Higgins al 2800, algunos portaban carteles con consignas agraviantes a la investidura presidencial y se pudo ver a algunos hombres con gorras de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), el sindicato que conduce Gerónimo Venegas, según informó la agencia Télam.