Dina Puntín / Ovación
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El Club Atlético Paraná tuvo un 2014 brillante en el plano futbolístico. Y el primer escalón que subió se vivió la tarde noche del 8 de junio del año pasado. Frente a Unión de Villa Krause (San Juan). Con un resultado que le era adverso llenó el estadio Mutio desde horas tempranas. Es que tanto hinchas como aficionados no querían perderse esa final por el ascenso al Federal A cuya serie había tenido un capítulo de ida que favoreció a los sanjuaninos por 1 a 0.
Fueron alrededor de tres horas o más (depende con la anticipación que llegó cada espectador) para vivir ese partido que entre sus condimentos tuvo una suspensión de casi 30 minutos por agresión al arquero visitante.
El primer tiempo se extendió una hora y el marcador registró un 0 a 0 que consumía los nervios de jugadores, cuerpo técnico y del pueblo Decano. En el segundo tiempo la cosa no mejoraba. El gol no llegaba ni después de los cambios.
El hincha del Gato cantaba desde la afonía que provoca la desesperación; los simpatizantes del fútbol empezaron a dejar el estadio cuando el reloj marcó tiempo cumplido. Pero fue en el tiempo adicional cuando llegó el primer desahogó.
El árbitro marcó penal y David Dri tomó la pelota decidido a patear. Los acérrimos creyentes no dudaron en seguir las alternativas de la definición; los tibios le dieron la espalda y aguardaron la reacción desde las tribunas.
De cualquier forma, al pitazo del juez le siguió un grito eterno de gooolll desde las entrañas, que se confundió con lágrimas, abrazos y nuevas cábalas. Es que la conquista habilitó la serie desde los doce pasos y otra vez a sufrir.
Los que se fueron de la cancha volvieron y preguntaban qué pasó. Los que aguantaron no daban más. Y encima los penales comenzaron de manera adversa. Es que el arquero de los sanjuaninos se tomó revancha y le contuvo el primer penal al concordiense.
Después fue el turno del primer jugador designado por la visita y no falló y adelantó a Unión en el marcador. Matías Benítez -el delantero que había empujado la pelota a la red en la primera etapa en una jugada que fue invalidada por posición adelantada- convirtió el primer remate del Gato en esa instancia.
La serie estaba nivelada. Entonces apareció la figura de la noche: Damián Serrano. El arquero, que tuvo espacio ante una lesión del titular Baigorria en su mano, confirmó su condición de especialista al contener el segundo remate. Todo estaba en tablas.
Después gritaron gol Pablo Vercellino, Alexis Ekkert, Pablo Lencioni, Milton Schonfeld, Franco Chiavarini y Maximiliano Antonelli.
Serrano tuvo que esperar hasta el octavo remate sanjuanino para confundirse en un abrazo con sus compañeros. Desvió ese remate que fue la atajada del campeonato. La gloria. El ascenso. Los destellos en el cielo. La locura. Invasión de la cancha. Vuelta olímpica. Lágrimas de la familia Rojiblanca que quería que ese día no terminara nunca.
Fue el 8 de junio del año pasado, ayer nomás, Atlético Paraná venció por penales a Unión de Villa Krause (7-6) y se subió al Federal A. Pero el plantel no se quedó en ese hito.
Fue por más, detrás del anhelo de jugar en la B Nacional, de disputar en las grandes marquesinas partidos contra equipos como Ferro, Chacarita, pero esa...esa es otra historia que se escribió seis meses después.
Una tarde inolvidable que fue eterna
Fue el 8 de junio del año pasado Atlético Paraná venció por penales a Unión de Villa Krause (7-6) y se subió al Federal A. Pero el plantel no se quedó en ese hito.
8 de junio 2015 · 07:16hs