El Diego y el Cani, a los besos en Boca es una parte de la historia, no la mejor por cierto. Para la inmortalidad sus combinaciones en los goles a Brasil en Italia 1990 y el segundo a Nigeria en Estados Unidos 1994. O su presencia en el 1-1 con Italia.
Muchos años en la selección sirvieron para una amistad que se mantiene en el tiempo. El "pase" de lateral del Cholo a Bati en el 2-1 de Argentina sobre México en 1993, de hecho, terminó en el último título de la selección.
Pablito y Román jugaron en las inferiores de la selección y pese a usar la 10 de River y Boca nunca tuvieron más que palabras de afecto el uno para el otro. Dos socios que además fueron amigos.
Uno jugaba en Boca y el otro en River y se enfrentaron en clásicos, pero el Corinthians de Brasil los unió. También la selección y también el Aston Villa de Inglaterra.
Lo mejor del último gran Instituto: Paulo Dybala y Julio Chiarini, amigos del Instituto de Franco. Aún tienen la mejor onda estos dos gloriosos.
Una de las duplas más valoradas por los hinchas de Belgrano. Ellos son íntimos. Después de tantas batallas épicas en Alberdi, cómo no serlo. Los gladiadores en los tiempos en los que Belgrano entrenaba en la isla de los patos.
Andrade-Bértoli
De una "patada tremenda", al abrazo de ascenso. De querer devolverle la agresión, a padrino de su hijo. De ir a entrenar en moto, a jugadores profesionales. De Corrales y La Floresta, a jugar en la cancha de Boca. Ambos glorias de Patronato.