Y cuando solo quedaba un rayo de luz para que la puerta no se cerrara y quedara afuera de la gran cita olímpica, Musculito lo hizo. Después de haberlo intentado en una y otra ocasión, a Leandro Blanc solo le restaba la chance del viernes para poder ser parte de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, los primeros que se realizarán en esta parte del mundo.
Musculito Blanc, el pequeño gran representante
11 de julio 2016 · 07:26hs
Con el corazón intacto y empujado por una ciudad entera, el concordiense venció al koreano Shin Jonghun para concretar su anhelo máximo. El boxeador de 21 años había perdido el jueves ante el ecuatoriano Quipo Pilataxi y después de tanto intentarlo, solo le quedaba la última posibilidad.
Atrás quedaron los sinsabores, las largas jornadas de entrenamientos y toda la dedicación puesta para una disciplina que tiene gran arraigo en Concordia. Musculito, reconocido en la ciudad como un 'gurí de bien', dejó en alto a la provincia y sus lágrimas de emoción contagiaron a todos tras la victoria conquistada en Venezuela.
El certamen se llevó a cabo en el Polideportivo José María Vargas y fue organizado por la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA). Era el último torneo clasificatorio para los Juegos de Río 2016, que comenzarán el 5 de agosto. Más que la suerte a Musculito lo acompañó el trabajo diario del entrenamiento de las horas dedicadas para llegar a cumplir el objetivo.
En distintas ocasiones Musculito ha resaltado la importancia del roce internacional que tuvo en este último tiempo y que lo llevó a recorrer varias ciudades del mundo. "Más que nada en estos últimos tiempos destaco la experiencia, de competir a nivel mundial, nacional, salir del país, el estar aquí en mi ciudad (Concordia) y de la nada, de repente salir a Italia, a Cuba, donde estoy yendo, y otras oportunidades que voy a tener, más que nada el compañerismo con la gente de la Selección".
La disciplina, el talento y las ganas de superación deben servir como ejemplo tanto lo hecho por Musculito como también por parte de Federico Bruno en atletismo, que lo llevaron a lo más alto en sus respectivas disciplinas. Ello debe ser un espejo para cientos de chicos que hoy por hoy practican un deporte.
Podrá haber una frustración o un traspié, pero lo que siempre resalta es el fuego sagrado que les permitirá llegar a no renunciar y volver a intentarlo una y otra vez. Tanto Blanc como Bruno debieron esforzase, no claudicaron, y pese a los viajes, al hecho de estar alejados de sus familias, pudieron conseguirlo y hoy serán fieles representantes del deporte argentino en cita mundial más importante que tiene el planeta, donde por espacio de un mes conviven en un mismo lugar miles de atletas de todo el mundo con diferentes creencias, religiones, idiosincrasia, pero como lema fundamental tienen la superación ante cualquier tipo de piedra en el camino que se les pueda presentar.
Salud deporte, salud por los que nunca bajan los brazos y vuelven a levantar la cabeza en ese mismo momento en que el horizonte parece estar más que lejano. Musculito, el pequeño gran representante que tendrá Río 2016.