Como es habitual en los primeros días de un nuevo año la curia renueva destinos pastorales en algunos sectores. En esta oportunidad, sobresalen de la decisión del Arzobispado de Paraná, la nominación de los párrocos para sustituir a los renunciantes Leonardo Tovar y José Dumoulin. Ambos sacerdotes dejaron sus parroquias, cansados de luchar en la causa de abusos ocurridos en el Seminario de Paraná y también en la Diócesis de Villaguay, por los que están acusados los sacerdotes Justo José Ilarraz y Marcelino Moya, respectivamente.
Al respecto, hace pocos días, monseñor Juan Alberto Puiggari vivió una situación difícil en la ciudad de Villaguay, cuando algunos feligreses de la parroquia Santa Rosa de Lima se reunieron para pedir por Dumoulin, y también para que la Iglesia escuche a las víctimas y condene los abusos, sobre todo desde que el papa Francisco inauguró el año de la Misericordia el 8 de diciembre de 2015, el año del perdón.
Por otra parte, vuelve a la Iglesia tras la renuncia a su cargo como párroco de la Catedral de Paraná, el sacerdote Silvio Fariña, también ligado a la causa penal por abusos en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo que lleva adelante la titular del Juzgado de Transición Nº 2, Susana María Paola Firpo, y que tiene como principal imputado al cura Justo José Ilarraz.
Fariña fue quien en 1995 tuvo a su cargo una investigación diocesana sobre Ilarraz por orden del entonces arzobispo Estanislao Esteban Karlic. Entonces, recabó los testimonios de las primeras víctimas que se atrevieron a denunciar al cura.
En abril de 2015 Fariña explicó que el alejamiento -tras 15 años en la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario- se debió a una sobrecarga de trabajo. En el inicio de este nuevo año, Puiggari lo nombró párroco de San Cayetano, en el corazón de barrio San Roque donde ocupará el lugar del padre Miguel Guarascio que será trasladado a la parroquia San Cipriano y San Francisco Javier, en Diamante.
Los nombramientos
El arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, mediante decreto realizó nombramientos de párrocos y autorizó algunos traslados de sacerdotes.
Designó en la función de párrocos:
• Al presbítero José Zanuttini en la parroquia San Benito Abad, en San Benito en lugar del ausente Leonardo Tovar, que según consignan, se trasladará a Buenos Aires para completar sus estudios de Bioética.
• Al presbítero Rafael Micheloud en la parroquia Santa Rosa de Lima, en la ciudad de Villaguay para reemplazar al renunciante José Dumoulin, hastiado del silencio en los casos de abuso cometidos por sacerdotes que denunció en la justicia.
• En lugar del denunciado sacerdote Marcelino Moya -quien era párroco de Nuestra Señora de la Merced en Seguí- irá el presbítero Ariel Gaitán.
• Al presbítero Carlos Benavidez en la parroquia San Ramón Nonato, en la ciudad de Nogoyá.
• Al presbítero Sergio Hay en la parroquia San Agustín, en la ciudad de Paraná en reemplazo del padre Omar Bedacarratz que se trasladará a la Diócesis de Maldonado (República Oriental del Uruguay) a fin de colaborar con esa diócesis carente de vocaciones.
Al lugar que deja Hay en la parroquia Santa Anta de Viale lo ocupará el presbítero Walter Fattor.
• El presbítero Jorge Cortes se hará cargo de la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza, en Puerto Las Cuevas y el presbítero Luis Hetze será el administrador parroquial de Nuestra Señora de la Merced, en Hernandarias.
Los curas Leonardo Tovar y José Dumoulin tienen reemplazantes
Como cada año, la Iglesia resolvió nuevos destinos pastorales. Tras su renuncia, Silvio Fariña vuelve y se hace cargo de San Cayetano
5 de enero 2016 · 08:40hs