Vanesa Erbes / De la Redacción de UNO
Sin barreras, viajó más de 1.100 kilómetros en bicicleta por la ruta 40 y logró cumplir su sueño
Dante Rodríguez es sordo. Mientras planifica su nuevo itinerario, afirma que su objetivo es conocer gente y lugares, y vivir aventuras. En dos ruedas, disfruta de los paisajes de la Argentina, cultiva amistades y derriba prejuicios
19 de junio 2016 · 17:35hs
Dante Exequiel Rodríguez tiene 31 años y es sordo de nacimiento. Estudió en la Universidad Tecnológica Nacional, y hoy trabaja en el Sindicato Obreros y Empleados Viales De Entre Ríos (Soever) y también en una carpintería. En sus ratos libres le gusta pedalear y hace dos meses cumplió su sueño de llegar hasta San Juan en bicicleta. Fueron en total 1.180,9 kilómetros los que recorrió en dos ruedas, admirando lugares majestuosos de la Argentina y cultivando amistades. En su Fanpage "Viaje en bici sin barreras", explica que su objetivo es "viajar, vivir aventuras. Conocer el mundo y la gente. Y romper las barreras de la comunicación arriba de una bici". Con este anhelo emprendió el itinerario. Avanzando entre 50 y 110 kilómetros en promedio por jornada, fueron 16 días de pedaleada, pero el viaje demandó varios más, ya que el descanso es necesario y hubo lugares de tal belleza que invitaban a quedarse a disfrutar del paisaje.
"Fueron muchas satisfacciones. Me pasó ir en la bici y que la gente saludara. En un lugar llamado Freyre, en Córdoba, un grupo de amigos estaban en una plaza donde había parado a descansar. Comenzaron a charlar y me terminaron invitando a la casa de uno de ellos a cenar pizzas", contó a UNO el ciclista, a la vez que destacó la hospitalidad de la gente: "Me veían, me preguntaban de dónde era y me alentaban", dijo.
Así fue llegando a cada uno de los puntos que se propuso, durmiendo en carpa o en algún hotel: Nuevo Torino y Freyre, Miramar, en provincia de Santa Fe; La Para, Villa del Totoral, Capilla del Monte, Villa del Soto y, Serrezuela, en Córdoba; Chamical y Patquia, en La Rioja; hasta llegar a la provincia de San Juan y recorrer Los Baldecitos, Huaco, Talacasto y por fin llegar a la capital, el destino anhelado.
"Desde chico le gustaba andar en bici y soñaba con viajar", confió Fernanda Conraut Perricone, amiga de Dante, y relató: "Con mi esposo son amigos desde chicos y empezó yendo los fines de semana a su casa, en la zona rural de Colonia Avellaneda y en cercanías de La Balsa. Iba desde el barrio Covialer, detrás de la ex-Rural. A los 21 años se animó a ir a Villa Urquiza y otros lugares cercanos. Luego, con otras actividades y el estudio, tuvo que dejar el ciclismo de lado. Más adelante se propuso retomarlo y justamente yendo a comprar su nueva bici conoció a Aldo Villalba, quien lo invitó a unirse al grupo que dirige, Médanos Bikes, haciendo trayectos cortos a distintas localidades cada sábado".
Fernanda afirmó que Dante se quedaba con ganas de pedalear más todavía y así comenzó a planificar sus salidas y viajes más extensos. "Empezó por Seguí, Diamante, las distintas aldeas. Luego se animó a ir a Córdoba, pero tuvo que volverse por la triste noticia del fallecimiento de su papá Antonio Soga Negra Rodríguez, un empleado de Vialidad muy conocido en toda la provincia y muy querido también. Al año siguiente fue a San Luis; luego a Mendoza, pero se lesionó la rodilla y tuvo que volver en micro. Y ahora fue a San Juan, donde llegó sin problemas, teniendo un viaje excelente, aunque pasando por soles fuertísimos, lluvias y algunas tormentas", dijo, y agregó: "Me pone orgullosa que cumpla las metas que se propone. Cuando viaja estamos pendientes y cuando llega es una gran satisfacción, porque es como si fuésemos con él".
En la página de Facebook que Dante creó con la ayuda de su mamá y su hermana fue cargando fotos y dejando el testimonio de su paso por distintas localidades. A modo de reflexión, el joven paranaense que ya está pensando en su próximo destino, concluyó con entusiasmo: "Lo que quiero demostrar es que si uno tiene un sueño, un lugar a conocer, una meta por alcanzar, no hay barrera que lo impida; hay que luchar por lo que se quiere hacer, se tenga o no limitaciones".
Una persona muy querida
Fernanda contó que Dante es una persona muy querida: "Es un amigo y siempre fue el mejor amigo y casi un hermano para mi esposo Exequiel –que también es sordo–. Además es el padrino de mi segunda hija. Es una persona especial y lo quieren todos en el trabajo, en el grupo Médanos, y todas las personas que lo conocen". En este marco, recordó que lo conoció hace varios años, cuando en sus idas al campo él pasaba a comprar cosas en el negocio de sus padres. Al respecto, rememoró: "Como yo tenía facilidad de entenderlos y de comunicarme, siempre me tocaba atenderlos. Más adelante me puse de novia con Exequiel y nuestra comunicación comenzó a través de un anotador, donde nos escribíamos lo que queríamos decirnos. De a poco fui insertándome en su grupo; nunca estudié lengua de señas y ellos mismos me enseñaban, con mucha paciencia. Lo que sé es todo por ellos".
Los tres trabajan en la carpintería, que es un emprendimiento familiar. Ella se dedica a las ventas por Facebook o los pedidos, pero lo demás lo hacen ellos. "Su 'diferencia' no les suma ni les resta. Son muy detallistas, eso sí. En mi opinión es tal como dice Dante: que no hay barreras. En mi caso no las hubo en el amor y si bien las cosas cuestan, a base de esfuerzo, entendimiento y tolerancia todo se puede", señaló por último.