En Paraná hay varios kioscos que los venden y crece la demanda de los cigarrillos electrónicos como una alternativa al consumo del tabaco. Se los puede conseguir a distintos precios: aunque los más populares cuestan unos 650 pesos, hay quienes aseguran haberlos conseguido por 200.
El producto se ofrece libremente, a pesar de que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) prohibió no solo su venta en la Argentina, sino también “la importación, distribución, comercialización y la publicidad o cualquier modalidad de promoción del cigarrillo electrónico en el país”. La medida, que rige mediante la disposición Nº 3.226/11 y fue publicada el 9 de mayo de 2011 en el Boletín Oficial, sigue vigente y fue impulsada porque no está probada la inocuidad del artefacto, que simula la acción de fumar; incluso hay diversos estudios a nivel mundial que objetan su uso, ya que detectaron en los componentes del vapor existen sustancias tóxicas casi tan peligrosas como el mismo tabaco.
“Se venden bastante. Se enchufa para cargar la batería con un cable USB y se pone la esencia”, dijo a UNO una kiosquera de calle 25 de Mayo, quien también comercializa a 100 pesos el frasquito con el líquido que se vierte en el dispositivo, con distintos aromas.
En un sondeo realizado en las redes sociales, se manifestaron diversas voces a favor y en contra entre quienes lo probaron o que conocen a alguien que lo utilizó. Hay personas que afirman que les dio los resultados esperados; otros, en cambio, admiten que siguieron fumando los cigarrillos comunes y que fue dinero malgastado: “En la terminal lo venden, a mí no me funcionó, pero admito que calma mucho y parece un cigarrillo de verdad”, contó Pipo. Por su parte, Guillermo opinó: “Mi suegra se compró uno de 200 pesos –hay más caros–, sabor chocolate. Sirve hasta 2.000 pitadas. Cada vez que lo pita se enciende una luz azul en la punta. Justamente ayer me contó que a ella no le da resultado. Sigue fumando más de un atado de 20 por día. Le pregunté por los chicles de nicotina y me dijo que son muy amargos y tampoco le dieron resultado. Evidentemente, el 80% o el 90% está en la voluntad de cada uno, más allá de la ansiedad”.
“Se consiguen en un Rapipago de calle Santa Fe, frente a Tribunales. Hay varios lugares que venden, es cuestión de preguntar. En este preciso momento tengo uno, estoy en el nuevo intento de dejar de fumar y como experiencia personal, puedo decir que sirve para esa cuestión simbólica que hace al fumador, ese ritual de fumar. Funciona con aceites de distintos sabores: menta, chocolate y otras opciones. Considero que la cuestión del resultado que puede dar es muy personal. Solo una cosa es segura: para dejar de fumar, hay que desear hacerlo, ver los beneficios y poner toda la voluntad”, expresó Silvia. Fernando fue otro de los que opinaron y dijo: “Ayer estuve con un amigo que lo tiene y dice que es bárbaro el resultado. Ya no tiene nicotina y lleva cuatro meses sin fumar”. En tanto, Fabricio acotó: “Por lo que sé de los propios usuarios, es peor que un cigarrillo común”.
Consultado sobre el tema, el médico neumonólogo Sebastián Calí señaló a UNO: “Los cigarrillos electrónicos no están habilitados por Anmat. Contienen nicotina y tienen precursores químicos que generan un vapor y se ha demostrado que el mismo posee componentes de toxina. No se recomiendan, porque estudios realizados en otros países dan cuenta de que para muchos menores fue la puerta para empezar a fumar tabaco, ya que se inician fumando con este dispositivo y luego siguen consumiendo cigarrillos comunes”. Asimismo, el especialista expresó: “En la cesación tabáquica uno lucha contra nicotina, pero también procura erradicar el hábito de llevar un cigarrillo a la boca y de tenerlo en la mano. Cuando los pacientes consultan por este método para dejar de fumar, no lo recomendamos ni lo usamos”, aseguró.
Tratamientos que sí recomiendan en Salud
Los cigarros electrónicos aparecieron en el mercado chino en 2003 y su uso se incrementó a nivel mundial desde 2010. En los últimos años, las autoridades sanitarias y los profesionales de la salud comienzan a ver su uso como un verdadero problema de salud pública. En la Argentina, cuando el periodista Jorge Lanata se mostró públicamente con el artefacto en una emisión televisiva, se reavivó la polémica. Lo mismo ocurrió cuando lo hizo el conductor Alberto Beto Casella.
El médico neumonólogo Sebastián Calí señaló a UNO que si bien el cigarrillo electrónico es en proporción menos nocivo que el consumo del cigarrillo común, no significa que no cause daño en el organismo. Hay especialistas que afirman que este dispositivo produce alteraciones en la función pulmonar. Aunque son menores que los que genera el cigarrillo convencional, existen cambios agudos hallados en la función respiratoria, como la broncoconstricción. Además, puede provocar asma en niños, y también irritación en los ojos, la garganta y las vías aéreas.
Calí indicó que existen diversos métodos que sí son efectivos para dejar de fumar. Quienes no pueden lograrlo por su cuenta, tienen la opción de buscar la ayuda de un profesional o bien consultar en el sitio oficial del Ministerio de Salud de la Nación www.msal.gob.ar, donde se cuenta con una guía de orientación sobre los tratamientos útiles y seguros, y también con un manual de autoayuda que ha resultado útil a quienes se lo proponen.
Cabe recordar que el tabaco mata a unas 40.000 personas por año en la Argentina y su consumo está asociado a numerosas enfermedades altamente discapacitantes, que afectan también a los denominados fumadores pasivos.
Argumentos de organismos especializados
Entre los argumentos vertidos por la Anmat para prohibirlos, dan cuenta de que “no existe evidencia suficiente para concluir que sean una ayuda eficaz para dejar de fumar y tampoco hay pruebas suficientes que determinen que son seguros para el consumo humano”.
Además, no hay certeza sobre si es eficaz para dejar de fumar.
Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que el cigarrillo electrónico reduce el número de dosis de tabaco consumidas al día, señala que “como no existe una dosis de tabaco que sea segura, la reducción del daño del tabaquismo es relativa”. En este sentido, el organismo propone que el cigarrillo electrónico sea tratado como al tabaco, es decir, como un problema de salud.
Los cigarrillos electrónicos están prohibidos, pero igual los venden
En Paraná se consiguen en kioscos por 650 pesos. No están autorizados por Anmat y los médicos los desaconsejan. Causan polémica
12 de enero 2016 · 07:41hs