Vanesa Erbes / De la Redacción de UNO
[email protected]
Hace un año, en un control de rutina, a Yessy María le diagnosticaron cáncer de mama. Si bien en su familia había antecedentes de esta enfermedad, no se habían registrado casos de este tipo. Casi al mismo tiempo, siguiendo con una serie de análisis que su ginecóloga le indicó, se enteró que estaba embarazada.
En ese momento, la invadió un arsenal de sentimientos encontrados, que oscilaban entre la alegría por saber que nuevamente sería madre y el miedo al desafío que debía enfrentar para luchar por su vida. “El mayor miedo era por el bebé y pasé por todos los estados de ánimos, desde la mayor felicidad hasta la tristeza y la incertidumbre por lo que podía llegar a pasar. No es fácil de describir, porque solo quien vive una situación así puede llegar a saber lo difícil que es recibir este diagnóstico”, aseguró a UNO.
Tenía que seguir adelante y en este proceso debía tomar decisiones que podían influir en la gestación de su hijo, pero no podía esperar nueve meses para empezar el tratamiento.
La lucha fue ardua y continua. Con una admirable valentía y el apoyo y el amor de sus de sus hijas Nahir, de 20 años, y Kalen, de 14, superó la angustia y asumió los riesgos.
Al cuarto mes de embarazo tuvo que someterse a una mastectomía. Tenía la esperanza de curarse, pero hizo metástasis y no pudo eludir las sesiones de quimioterapia para contrarrestar el avance de la enfermedad.
Recibió la contención de sus médicos Adriel Rodríguez y Magaly Pereyra, y antes de enfrentar esta instancia viajó a Buenos Aires para pedir una segunda opinión. Reinaldo Chacón, uno de los oncólogos más renombrados en el país le explicó que las drogas estaban aprobadas para casos de embarazo.
“Me gusta averiguar y realicé esta consulta para quedarme tranquila. Igualmente, en cualquier embarazo normal una tiene miedo y en un caso como este, mucho más”, comentó.
“Fue la primera etapa de la quimioterapia y las sesiones eran una vez al mes, con drogas bastante fuertes. Por suerte no afectaron al bebé; ni siquiera tuve náuseas ni los síntomas habituales que genera el tratamiento”, aseguró a UNO.
Finalmente, el 18 de agosto nació Dylan, por cesárea y en perfecto estado de salud. Tras una pausa de dos meses Yessy retomó las sesiones de quimioterapia y ahora asiste una vez por semana, con medicamentos más suaves. “En este tiempo realicé los estudios que no pude hacerme por el embarazo y va saliendo todo bien gracias a Dios”.
Este mes celebró el Día de la Madre con más ahínco que nunca y aferrada a la vida, agradeció los mensajes, palabras de aliento y oraciones de quienes la acompañan en esta etapa, sobre todo a su familia, que está muy presente ayudándola de diversas formas.
Hoy vive junto a sus hijas la alegría cotidiana que el nuevo integrante de la familia les infunde cada día. Asegura que es un bebé muy tranquilo y que Nahir y Kalen la ayudan a cuidarlo. “Estamos todas locas de contentas”, aseveró con emoción, y agregó: “Me siento bien, el gordo me da esperanzas y fuerzas para seguir luchando y recuperarme. Agradezco a la vida por tenerlo y por tener a mis hijas”.
En este tiempo en que su bienestar debe ser una prioridad, señaló: “Siempre trabajé, pero el equipo de médicos, que incluye oncolócogos, psiquiatra, pediatra, entre otros, me dicen que me tome mi tiempo, que este es un período de receso y que lo transite con calma”.
Por último, reflexionó sobre la importancia de realizarse controles periódicos para detectar a tiempo el cáncer de mama y poder realizar un tratamiento, ya que de esto depende en gran medida la cura de la enfermedad. “Quiero decirle a todas las mujeres que estén pasando por esto que no tengan miedo, ya que ahora la ciencia está bastante avanzada. Atravesar este proceso es difícil como en cualquier enfermedad, pero hay que afrontarlo con fe en Dios o en lo que crea casa uno, con la certeza de que se puede salir adelante”, dijo a modo de conclusión.
Entre quimioterapia y pañales celebra el milagro de la vida
A Yessy María le diagnosticaron cáncer de mama y se enteró que estaba embarazada. Un testimonio que reivindica la esperanza
25 de octubre 2015 · 08:58hs