Que los bares ocupen el espacio público, la vereda que tienen en la puerta de sus locales, es una modalidad que tiene años. Sin embargo, en ciudades turísticas su uso, la práctica o el hábito no solo está más desarrollado sino que es organizado de esa forma para darle impulso al sector gastronómico.
En Paraná, si bien existen bares que tienen sus mesas y sillas en la vereda, sobre todo en la Peatonal, aún tiene la característica de ser incipiente o se ve con menos frecuencia, salvo algunas excepciones.
Marcelo Barsuglia, titular de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Paraná, dijo a UNO: “Es bastante nuevo y algunos establecimientos tienen inconvenientes porque hay que dejar cierto paso para los peatones”.
Contó además que el trámite se debe realizar en la Municipalidad, en Habilitaciones Comerciales y que es ahí donde se emite la autorización. “Se establece la cantidad de mesas y sillas a sacar a la vereda y siempre ocupando el frente del local. Después se paga un canon mensual de acuerdo a lo que fija el municipio. También hay plazos, y para el verano, la habilitación va desde noviembre a abril y se debe pagar un alquiler por el uso de la vía pública”, destacó.
Barsuglia reafirmó que contar con la habilitación es obligatoria. Pero también, además de sillas y mesas, hay establecimientos que arman otros tipos de estructuras como pisos de deck, corralitos y hasta espacios cerrados con lonas plásticas transparentes para el invierno que requieren de otras autorizaciones más complejas o con más requisitos, porque en ellas intervienen aspectos que hacen a la seguridad.
“En Paraná, su uso es mucho menor. En Buenos Aires, por ejemplo se estila este tipo de iniciativa, con lugares que tienen ambientes cerrados, calefaccionados en invierno. Es cierto también que tienen más espacios, sobre todo en las esquinas con bocacalles más anchas y eso les permite colocar mayor cantidad de mesas. Es también una alternativa para los fumadores que ya no lo pueden hacer adentro de los locales, bueno, afuera pueden fumar y comer como lo hacían antes”, agregó Barsuglia.
Contó que por ejemplo en Concordia, alrededor de la plaza principal, los bares tienen sus mesas y sus sillas durante casi todo el año y en Colón hay instalados hasta deck. “Todo depende de cada gobierno municipal. Lo cierto es que la modalidad le da otra opción al cliente, al que le gusta el aire libre, al que no quiere estar con aire acondicionado, al fumador. Al negocio lo beneficia porque le da más posibilidades de vender al tener mayor espacio. En Buenos Aires es durante todo el año, en invierno la gente está sentada afuera y bajo el sol, es muy habitual. En Paraná no se da tanto, y sí más de noche y en verano. En invierno se guarda todo y la gente elige más estar adentro. Sería bueno cambiar el hábito”, remató.
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En la vecina Santa Fe, sobre bulevar Gálvez hay cuadras y esquinas casi completas ocupadas por estructuras cerradas a los costados que dan a la calle y abiertas para que el peatón circule, incluso en la misma peatonal. La costumbre es, más bien, ese tipo de uso del espacio público a la hora de sentarse en un bar.
En Gualeguaychú
En la Asociación Hoteleros y Gastronómicos de Gualeguaychú señalaron que como en casi todas las ciudades, el uso está regulado y hay un canon que se debe pagar. El corralito, por ejemplo, se abona según la cantidad de metros y lo mismo la instalación de mesas y sillas. Se trata de una tasa aparte que fue establecida no hace más de tres años y donde hay ciertas condiciones como el tipo de piso que se debe usar y la disposición para que el peatón pueda caminar con libertad. Incluso no es lo mismo un bar ubicado en el casco turístico que en otro punto de esa ciudad. La forma de establecer los montos es mediante la Unidad Tributaria Municipal, por lo que todos, al iniciar cada año, ya saben qué precio deberán abonar para poder sacar sus bares a la calle.
Señalaron además que la mayoría utiliza la modalidad durante los meses de verano desde diciembre hasta después de Semana Santa.
Planificado
En Victoria el uso de la vereda por los bares está planificada. Fue a partir de una medida impulsada por la Municipalidad de esa ciudad para revalorizar el casco histórico.
La encargada de llevar adelante la iniciativa fue Patricia Amato, arquitecta y responsable del área de Planeamiento y Obras Privadas. En concreto, redujeron la circulación vehicular, ensancharon veredas y promovieron el uso del espacio público.
“Jerarquizamos al peatón y pusimos en valor el casco histórico. Victoria tiene veredas muy angostas y con apropiación de los bares a cualquier horario con un uso intenso. Entonces vimos la posibilidad de que la gente esté más cómoda y pueda disfrutar del aire libre. Así nació la iniciativa donde ampliamos los sectores. En una segunda etapa realizaremos el ensanche de las veredas de las calles principales que reúnen al comercio”, destacó Amato.
Cada establecimiento que utiliza el ensanche de la vereda paga por el uso del espacio y la obra fue en conjunto: la Municipalidad puso las estructuras de hormigón y los bares colocaron las baldosas.
Amato contó que antes era más común el uso del deck, pero lo empezaron a desestimar porque cuando llueve el agua pasa por abajo y junta basura. Además exigía verificar que las tablas estaban en condiciones entre otras medidas de seguridad.
“Vimos que era más apropiado expandir y ensanchar la vereda. Antes de esto había como una convención donde los bares ofrecían igual esos espacios. Lo que hemos hecho es una alternativa para mejorar el entorno y se trató de un conjunto de herramientas que han logrado los objetivos de que la gente se apropie de los espacios y los vehículos se vean más desplazados”, señaló. Al trabajo en Victoria lo comenzaron en 2013 y está por iniciar la segunda
El uso del espacio público por los bares es tendencia
Ciudades entrerrianas apuestan al sector gastronómico y se suman a la costumbre de las grandes plazas.
25 de abril 2015 · 09:49hs