Juan Manuel Kunzi / De la Redacción de UNO
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Daniel Ferminades recibió a este cronista en una casa de calle Pascual Palma. A las 11.10 de la mañana, estaba listo. Camisa, jeans y botas para la montaña. Su intención era entregar unas palabras que sirvan como introducción para la charla que facilitará el viernes en Santa Fe.
Contó que su objetivo es compartir lo que descubrió en su vida, dice que al principio lo afectó y después de ver “al padre” en una meditación entendió y aceptó su rol en la tierra.
A los 21 años, en Valle Hermoso un pueblito de montaña en el Valle de Calamuchita, su vida cambió, se llenó de sabiduría y cada vez que puede, la comparte.
“Me di cuenta que nadie me podía impedir hacer mi tarea, salvo yo. Entonces me miré a mi mismo. Hacia adentro, me di cuenta que los impedimentos estaban en mi. Encontré como impedimentos mis egoísmos: Mi pereza, mi vanidad, mi orgullo,. mi avaricia, mi lujuria, me dije ‘tengo que quitar todo esto porque me impide ayudar a los demás’. Tengo que trabajar en esto. Si antes pongo mis necesidades a las del prójimo no los voy a poder ayudar”.
Se dio cuenta que “esas cosas” que vivían en él también vivían en los demás. Hizo un trabajo interno. “Dejé de mirar con el fin de criticar, miraba con el fin de aprender o cómo podía ayudar para que esas cosas cambien en los demás”, recuerda de aquellos años de juventud cuando se convenció de que para cambiar el mundo tenía que empezar a cambiar él. “La verdad os hará libres, aprendí. Me di cuenta que la verdad es todo: El engaño, el egoísmo, la impureza, el abuso, el amor, la entrega, es decir ¡Todo es verdad! Uno tiene que seleccionar lo que quiere para la vida”.
En la casa de las sierras en donde vivía con sus padres luego de abandonar el barrio porteño de Villa Devoto a los 18 años entendió que tenía que dejar de lado “todo lo que no estaba en armonía con una vida de paz y de amor” para recorrer el camino por el que sigue dejando huellas a cada paso.
—¿Cambiar el interior modifica rápido los espacios en que nos movemos ?
—Los resultados son inmediatos depende de lo que uno se proponga hacer. No voy a tener resultados inmediatos, si quiero trabajar la tierra, sembrar y cosechar, tenés que esperar, lleva su tiempo. Sumado que si lo que quiero sembrar no es de valor en el mercado seguro que muchos van a querer convencerme de que no lo haga. Es lo que me pasó y lo que le pasará a cualquiera que quiera cambiar su vida. En un entorno en donde las personas que te conocen te han visto obrar de determinada manera, que esperan o pueden predecir algunas acciones, que vos empieces a cambiar les llamará la atención. Algunos te van preguntar cómo hacés (para imitarte) y otros te aconsejarán que veas un profesional porque algo te está pasando.
Se acuerda que de muy joven sus amigos lo dejaron de hablar porque cambió las costumbre de cualquier muchacho. “Hablar por hablar. Entendí en ese momento que, en lo que más gasta energía el ser humano es en hablar. Si tan solo transmitiéramos lo necesario, lo que construye, lo que aporta, ayudaríamos a que nuestro mundo vaya mejorando, con más posibilidades, que crezca para bien. Como la pasamos especulando sobre cosas que al final no podemos conseguir, son sueños que tenemos, que decimos que algún día alcanzaremos pero no hacemos nada para encaminarnos hacia ellos, me di cuenta que no tenía sentido y empecé a dejar de lado ciertos círculos de amigos. Fue una decisión personal, no la aconsejo lo que si comento, porque a mi me dio resultado, es que uno empiece a cuestionarse todo lo que hace. ¿Trabajo porque disfruto lo que hago o porque a fin de mes voy a recibir un sueldo? Si trabajo por el sueldo no disfruto lo que hago y si uno no disfruta lo que hace evita hacerlo y entonces al final es injusto y egoísta porque quiere igual su sueldo. En ese momento se me ocurrió pensar que tenía que empezar a amar hasta lo que no quiero”.
Enseguida cuenta una anécdota simple en donde encuentra una moraleja llena de realidad. “Todos los días me tenía que levantar a las 5.30 de la mañana, allá en la montaña, con una heladas tremendas. Para ir caminando ocho cuadras hasta la ruta, para tomar un colectivo que me llevaba varios kilómetros hasta Villa Giardino a una casa que se estaba construyendo, yo hacía trabajos de electricidad, me ponía el reloj pulsera con la alarma para despertarme. Cuando sonaba, apenas hacía el primer ruidito, se me venía la imagen de la pantera rosa con una maza (pegándole) porque me molestaba enormemente. Me costaba salir de la cama por el frío que hacía, todos los días de lunes a viernes. Una vez quedamos con dos amigos de Valle Hermoso para ir a pescar, me gustaba pescar. Teníamos que tomar el mismo colectivo de todos los días. Me levanté 10 minutos antes que suene la alarma, salté de la cama, preparé la caña, arreglé la caja de pesca, me fijé si tenía todo, la carnada. Cuando iba caminando hasta la casa de mis amigos me dije ‘es lo mismo de todos los días, el mismo frío, el mismo colectivo, hasta el viaje más largo y lo estoy haciendo con alegría porque esto me gusta y lo otro no’.
Es la única manera de vivir una vida equilibrada (amando hasta lo que no quiero). Mi amor o mi alegría no puede depender de un entorno. En mis charlas les marco a las personas algo que se nos pasa por alto, normalmente. Lo que estamos haciendo para adquirir nuestro salario es el aporte que hacemos para esta sociedad. Si el aporte lo hacés de manera amorosa llega con una energía que es afín. Estuve con personas muy estudiosas que le dan mucha trascendencia a los títulos que se obtienen en el mundo por el estudio a los que les marqué que también hay que agradecer que hay personas que no pudieron estudiar y que son las que sacan la basura de tu casa, porque sin su trabajo vos estarías infectado de tu propia basura. Todo es importante. El que tiene título también tiene que saber manejar su basura”.
Daniel insiste con dejar una huella que se pueda seguir: “Que sea una referencia para otro en su camino. Entendí que un pastor está para guiar a las ovejas por su camino, no hacia él. Hoy hay muchos que están llamando la atención de las personas hacia ellos. Es la verdad la que nos libera, no el que la transmite”.
Un encuentro para seguir escuchándolo
En www.impulsodeunanuevavida.org está la agenda completa con todas las charlas que estará dando Daniel Ferminades. La primera oportunidad de escucharlo será el martes en el programa Con Luz Propia que conduce Claudia de Brassi en Radio Palermo a las 23. Hay que ingresar a http://palermo.cienradios.com/con-luz-propia/ o http://www.radiopalermo.com.ar/ .
Mientras que el viernes llegará a Santa Fe en donde hablará bajo el título Verdades desde la Conciencia. El encuentro comenzará a las 19.30 en el Salón 27 Cuarenta Multiespacio ubicado en calle San Luis 2740. Por averiguaciones está disponible el 0342 155480456.
Daniel en setiembre tiene previsto viajar con sus charlas a Perú y Ecuador. Para luego aterrizar en Barcelona y Madrid. La cuenta de Facebook/ Fundación Impulso de una Nueva Vida mantiene actualizada toda la información.
Daniel Ferminades: “Hay que amar hasta lo que no quiero”
El viernes brindará una charla en San Luis 2740, Santa Fe. Aconseja "cuestionar todo lo que uno hace".
2 de agosto 2015 · 16:11hs