Faltan exactamente 10 días para que comiencen las clases, de acuerdo a los establecido por el cronograma oficial. Ya muchos padres se ocuparon de comprarles a sus hijos la mochila nueva, los lápices, cuadernos, carpetas y demás útiles escolares que necesitan para volver al aula. Sin embargo, hay hogares donde los chicos todavía no cuentan con nada. En algunos casos, apenas tienen para comer. Esta es la realidad en muchas viviendas de los barrios San Martín, Antártida, Mosconi Viejo, Balbi y Barranquitas. “No tienen el material mínimo necesario para poder comenzar las clases”, explicaron a UNO desde la agrupación Suma de Voluntades, quienes cada semana se ocupan de garantizarles un plato de comida a los chicos del lugar y a sus familias y comparten un momento ameno.
El grupo lanzó una campaña solidaria, con el lema “Todos podemos ser útiles”, para poder comprar lo que precisen los niños de la zona para la vuelta a clases y solicitaron la colaboración de la gente: “El comienzo de clases es un momento especial para los chicos y la idea es que a nadie le falte lo que necesita”, contó a UNO Anabella Albornoz, una de las mentoras de esta iniciativa.
En este marco, señaló: “Creemos que la educación es la base para poder luchar contra la pobreza. Niños bien alimentados con una buena educación son el futuro sólido de un país. Necesitamos garantizar la educación de los niños, de todos los niños. Pero a un niño que le falta una mochila, lápiz o cuaderno, entender esto se le hace difícil. Es por eso que somos los adultos los encargados de garantizarles los materiales mínimos para que quieran comenzar las clases con ganas, sin sentir tan fuertemente la diferencia con otros chicos”.
Albornoz comentó que estas acciones van más allá de brindarles una ayuda material: “Hoy les pedimos a la gente su aporte para que los niños crean en nuevas posibilidades, en otros mundos posibles, para que tengan confianza en sí mismos. Garantizar un lápiz negro, una goma, un cuadernito, es mucho más que eso, es darle la palabra al niño, la posibilidad de sentirse integrado al sistema educativo, demostrarle que estamos atentos a su educación; es creer que su formación es necesaria para el futuro de nuestro país”.
Los aportes de aquellas personas que pueden y deseen ayudar se recibirán hasta el miércoles de las semana que viene, en la panadería ubicada en la intersección de las calles Perú e Italia, en horario de comercio, y también en la distribuidora que apoya el proyecto y acompaña al grupo, situada en 3 de Febrero 920, de 9 a 12.30 y de 16.30 a 19. “Este sábado la distribuidora abrirá en el mismo horario exclusivamente para atender a quienes nos acompañen en este nuevo sueño”, contó Albornoz, quien explicó: “Con el dinero recaudado se compraran útiles que serán entregados el día sábado 27. Nosotros nunca pedimos plata, pero esta vez la idea es que el aporte sea en efectivo, con lo que cada uno pueda, por más mínimo que parezca porque todo suma, para poder hacer una compra a precios mayoristas y especialmente para que no haya diferencias en los útiles que recibe cada niño”.
También destacó: “Hay personas de estos barrios que aprendieron a leer siendo adultos y es todo un acontecimiento para ellos. Lo hicieron porque sino no podían ayudar a sus hijos en las tareas de la escuela. Muchos habían dejado en el nivel primario porque desde chiquitos empezaron trabajar en el basural”.
Por último, expresó que todos los kit se van a publicar en su fanpage Suma de Voluntades Paraná, para que la gente sepa cuánto se juntó, que se compró y a quien se entregó.
Un proyecto que nació y crece desde el corazón
La asociación Suma de Voluntades comenzó a trabajar en la zona del Volcadero hace más de cinco años, construyendo casas de palets para los habitantes del lugar. Quienes participan en esta iniciativa continuaron yendo al lugar y sumaron otros barrios. Hoy son alrededor de 40 personas las que acompañan a los chicos y a sus familias en momentos importantes y comparten con ellos cada semana un plato de comida.
Para la Nochebuena se ocuparon de devolverles la fe a tantos chicos: consiguieron más de 1.000 padrinos (algunos quedaron en lista de espera), para que les llevaran un regalo a cada uno de los chicos que le escribió una carta a Papá Noel, por iniciativa de los integrantes del grupo. “Sabemos que a la gente le pedimos demasiado, y nunca nos han fallado. Les pedimos la magia para que en Navidad 500 niños volvieran a creer, y la hicieron. Hoy les pedimos su aporte para que los niños crean en nuevas posibilidades, en otros mundos posibles, para que tengan confianza en sí mismos”, señalaron, convencidos de que un futuro mejor y más digno es posible.
Chicos que no tienen útiles para volver a clases necesitan ayuda
La agrupación Suma de Voluntades invitó a sumarse a su campaña para poder comprarles cosas a los niños del Volcadero y otros barrios
19 de febrero 2016 · 06:15hs