Jordania está lista para intercambiar a una mujer iraquí que está encarcelada por un ataque mortífero a un hotel en 2005 a cambio de un piloto jordano capturado en diciembre por extremistas del grupo Estado Islámico, afirmó ayer un vocero del gobierno jordano.
Jordania intercambiaría una terrorista por un piloto
Ese canje sería contrario a la actitud firme de Jordania hacia los milicianos de ese grupo y a la posición de su aliado principal, EE.UU., de no negociar con extremistas. También sentaría precedente para tratar con el Estado Islámico, que en el pasado no había demandado públicamente la libertad de prisioneros.
Sin embargo, el gobierno jordano enfrenta presiones internas para traer a salvo al piloto, mientras su participación en la coalición encabezada por Estados Unidos contra el Estado Islámico es muy impopular entre los jordanos.
En su comunicado, el portavoz del gobierno Mohammed al-Momani no especificó si podría concretarse el canje ni mencionó al periodista japonés Kenji Goto, que también está retenido por el grupo armado.
Los esfuerzos para liberar a Goto y al piloto militar jordano Muath al-Kaseasbeh cobraron urgencia con la emisión de un aparente ultimátum la noche del martes, en el que el grupo Estado Islámico amenazaba con matar a ambos en 24 horas si la mujer iraquí no era liberada.
El ministro de relaciones exteriores de Jordania, Nasser Judeh, escribió en su cuenta de Twitter que Jordania pidió pruebas de que el piloto, teniente Muath al-Kaseasbeh, esté vivo. “Hemos pedido tiempo para recibir evidencias acerca de la salud y seguridad del héroe Muath, pero no las recibimos”, escribió.
Al-Momani dijo ayer en un comunicado que “Jordania está lista para dejar en libertad a la prisionera iraquí “ si el piloto jordano, el teniente Mu’ath al-Kaseasbeh, es dejado en libertad “ileso”.
Sajida Al-Rishawi fue condenada a muerte en Jordania por su participación en un atentado terrorista en 2005 lanzado por Al Qaeda contra varios hoteles en Amán, y en el que murieron 60 personas.
Jordania estaría en conversaciones con los milicianos, a través de líderes religiosos y tribales, para conseguir la liberación de los rehenes.