Varios que pasaron una larga etapa de preparación en Patrón y que mostraron aptitudes como para ser parte de la alta competencia, hoy despuntan el vicio en ligas marcadas por el amateurismo.
¿Una inversión o un lujo caro?
Por Edgardo Comar
26 de abril 2017 · 08:29hs
A Alejandro Almada, hasta fines de 2016 parte del elenco de Primera, a punto de recalar en Belgrano o Deportivo Achirense, se lo vio hasta no hace mucho jugando en una liga independiente.
Alexander Hollman, que en la B Nacional tuvo minutos con Unión de Santa Fe y hasta diciembre entrenó con el grupo de elite, se apresta a jugar la temporada venidera en la Liga de Paraná Campaña, en Atlético María Grande.
Algo similar sucede con Agustín Gallussi y Joaquín Botegal quienes serán protagonistas de una de las tantas finales que tendrá el Federal B, con la camiseta de Arsenal de Viale. Por su parte, Dalmiro Dettler, de quien se hablan maravillas por su labor en la Reserva, no tiene la debida atención del cuerpo técnico que encabeza Rubén Forestello. En junio se vence su contrato y si aparece una chance de emigrar, no lo dudará. Cuando parecía que Bruno Chávez estaba para dar el gran salto, fue recluido en el equipo que está bajo la tutela de Martín De León y apenas es noticia si tiene la suerte de marcar un gol el fin de semana. Los mencionados son algunos de los casos de valores que auguraban un buen porvenir, pero van quedando en el camino. Dentro del grupo que está al mando de Forestello trabajan Tomás Spinelli, Yamil Silva y Bruno Duarte. Su promoción al conjunto superior lejos está de implicar que el Yagui les preste atención a los que vienen de abajo.
En Patronato, más allá de que aún se perciben los fondos estatales correspondientes a la Ley del Deporte, el equilibrio económico se sostiene gracias al desembolso de una única billetera capaz de disimular cualquier pérdida. La política de gobierno en el fútbol apunta a ser parte de un mecanismo comprador de lo que se pueda en cada libro de pases.
En un futuro inmediato no se observa a las inferiores como una fuente generadora de materia prima para conformar un plantel con valores autóctonos y menos aún para mostrar en los mercados de pases. Ante esta realidad se plantea si participar con inferiores en AFA es una inversión o un lujo caro.