Para un hombre de 40 años, las propuestas para disfrutar un sábado a la noche no son muchas. Quizás ir al cine o disfrutar de una cena. Pero el sábado en Paraná, para los que empezamos a peinar canas y a esquivarle un poco a las salidas nocturnas se nos presentó la idea de poder recordar épocas de gloria en boliches que marcaron un antes y un después como Danhes, Excándalo y Parador. Así que, como dijo el Bambino Veira una vez, "enderezamos la nave y partimos". Siempre sostuve que a la capital provincial le falta mucho para ser considerada una ciudad turística. Más allá de que abunden las propuestas, nunca están bien presentadas o carecen de promoción. Y por más que piense en positivo, por algún motivo siempre terminan dándome la razón.
¿Una ciudad con mentalidad de pueblo?
22 de mayo 2017 · 07:00hs
Lo vivido el sábado no fue la excepción. En los primeros minutos del domingo hice mi ingreso al salón ubicado a la vera de la Ruta 18 y la mala onda se apoderó de mi cuerpo. Era prácticamente imposible moverse adentro. Al tener un cuerpo "morrudo" traté de empujar un poco, pero desde el interior también hacían fuerza para salir. Encontré gente conocida y alguien, apurado por ganar la salida, me dijo: "Estamos más apretados que huevos de ciclista". Ahí ya me imaginé el panorama. Una vez adentro me acomodé en un rincón y esperé. A medida que pasaron los minutos hubo un poco "más de aire". Para muchos no quedó otra que acomodarse afuera. Otros ya estaban a los codazos limpios en las barras. Esa fue otra historia. Conseguir algo para tomar insumía una media hora a 45 minutos, ni hablar si sentías el "llamado" de tu vejiga. Largas colas frente a los baños, adentro y afuera. Algunos osados se introducían en la oscuridad de los campos aledaños y ahí descargaban. En fin, la noche no empezó bien, aunque luego fue mejorando.
Supongo que muchos paranaenses viven escenas como estas cada vez que deciden tener una salida nocturna. Hay mucho por mejorar y en diferentes rubros. No está bueno tratar como ganado a la gente. Así vamos a darle la razón a los imbéciles que dicen que "Paraná es una ciudad con mentalidad de pueblo".