l pasado 3 de junio miles de mujeres de todos el país marcharon, con sobrados motivos, hacia las plazas principales de cada ciudad con el propósito de repudiar la violencia de género de la que son víctimas. La multitudinaria movilización, como había ocurrido un año antes, se desarrolló bajo el lema: Ni una menos.
Propongo la marcha del Ni uno Más
Por Edgardo Comar
25 de junio 2016 · 12:22hs
En mi rol de periodista deportivo, que intento desempeñar con seriedad y responsabilidad, propongo ir dándole forma a una marcha a la que denominaría: Ni uno más. La misma no hará diferencias, ni de sexo, religión o ideología. Apunta a fustigar el accionar de los malos directivos que con sus políticas individualistas y desacertadas generaron, de un tiempo a esta parte, el vaciamiento humano y deterioro estructural de clubes que hasta no hace mucho fueron importantes y cumplieron el rol con el que se crearon dentro de la sociedad. Eso sí, sus arcas individuales por arte de magia o vaya a saber porqué, en época de crisis, no paran de crecer.
Dentro de ese segmento repudiable y repugnante hay casos que sobresalen por encima de otros y merecen no ser pasados por alto. Uno de ellos tiene como cara visible a un expresidente de un club de la capital entrerriana, que además ocupa el estamento principal de una organización provincial que dice trabajar por el bienestar de las entidades deportivas, pero jamás se encargó de investigar y por ende fustigar las malas e intencionadas maniobras dirigenciales de algunos de sus pares.
El muchacho en cuestión levantó la voz y con razón ante las graves consecuencias que a las instituciones le generan los elevadísimos costos del gas y electricidad. Lo que no explicó públicamente es porqué prefirió bajar la lista para ir, elección de por medio, por un período más de conducción en el club en el que estaba. Por lo bajo se dice que negoció el retiro de la postulación ante un desfasaje en las cuentas que le impidió cerrar un balance.
El otro mal ejemplo en el quiero detenerme es el de una señora devenida, vaya a saber porqué, en dirigente de un club y que tal vez se cree que hace bien los deberes por su asunción a una organización netamente paranaense que agrupa a varios clubes. Fue otra de las voces que sonaron en repudio del tarifazo que aplicó el gobierno nacional. En el medio de comunicación que tuvo lugar lamentó el incremento de los costos registrados en la factura de electricidad que desencadenarían en la disminución de la masa societaria, según su apreciación. Sus dichos se contraponen con su accionar. En el club en el que está lo único que promueve con sus determinaciones es la fuga de asociados. Tal vez se esté olvidando de que alguna vez la Secretaría del club de su barrio se quemó en la previa de una Asamblea con el único fin de convertir en cenizas actas de socios y libros que son esenciales para el funcionamiento transparente de cualquier institución deportiva del país.
Los citados son apenas un par de situaciones que explican el porqué muchos clubes ven resquebrajadas sus estructuras. Los que entendemos que "una hora de un chico dentro de un club, es una hora menos en la calle", forjemos la marcha del Ni uno más.