No es siempre la misma historia, porque con el paso del tiempo, al menos en este aspecto, todo empeoró. Almafuerte, por ejemplo, se volvió un río y recibió del exhipódromo un caudal que antes lo absorbían esas hectáreas de verde, ahora trazadas por el asfalto. Dicen los que saben que el atraso de la ciudad con los desagües pluviales es alarmante. Sin embargo, uno que es solo un mensajero puede decir que están a cielo abierto, que son esas zanjas que atraviesan las calles y se ven en cada esquina; las mismas que nunca dan abasto.
No es siempre la misma historia
Por Pablo Felizia
2 de noviembre 2016 · 08:00hs
La tormenta de ayer fue una más, en un año con una lluvia y un viento que tuvo características particulares. Solo habrá que recordar los temporales de febrero y la persistencia de los milímetros caídos en abril. "No nos alcanzamos a recuperar de una que caemos en la otra". Esas palabras pertenecen al director de Protección Civil de Paraná, Jorge Diana; sencilla, práctica y concreta fue su síntesis de la situación consultado ayer sobre la situación.
Al parecer, para quienes toman algunas definiciones gruesas, hay cuestiones que no las tienen en cuenta o no les importan. Almafuerte, para seguir con el ejemplo, siempre fue de inundarse aunque eso siempre debe tomarse con cuidado. Antes se llenaba de agua, de hecho al desempolvar los archivos de UNO, hace años que existe el problema. Lo que cambió y por eso no es la misma historia, es que entonces el manto verde del exhipódromo absorbía el agua de otra manera, una muy diferente a lo que ocurre ahora. La lluvia, por esas venas de asfalto, solo corre y termina en un río que da sobre otras construcciones con bocas de tormenta y desagües que no resisten. Esa avenida se vuelve imposible. Pero hablar solo de esa zona de Paraná es injusto. Internet se plagó de imágenes de casi toda la ciudad, de barrios cercanos y alejados, que con una lluvia importante –pero no la más caudalosa del año– se encontraron con sus casas desbordadas.
Cuando todo el predio del exhipódromo esté construido con ese centro comercial, con sus techos y el portland, cuando avance la urbanización en esas hectáreas y las casas caras se levanten por donde antes corrió un caballo, ahí, con certeza, habrá algún iluso que escribirá bajo la lluvia, con un río en sus rodillas, por poner un ejemplo mencionará a Almafuerte y dirá que no fue siempre la misma historia con cierto aire de escepticismo.