Mama Cultiva es una fundación sin fines de lucro que reúne a madres de niños con epilepsia refractaria y otras patologías que no han encontrado una mejoría con la medicina tradicional y por eso buscan impulsar el uso del cannabis con fines medicinales.
Flor que cura, ley que enferma
Por Paula Eder
20 de noviembre 2016 · 09:00hs
Se trata de un aceite rico en cannabidiol, un derivado de la marihuana que no se fabrica en nuestro país y que mejora la calidad de vida de los enfermos a niveles que podrían ser ubicados en el orden del milagro, sin embargo, nada más alejado: en la otra esquina del ring, parte de la comunidad científica hace décadas que intenta avanzar en las pruebas sobre el uso de la marihuana con fines medicinales para poder sumarlo a las políticas públicas de salud. Pero poco se ha logrado y el estigma asociado a esta droga no ha ayudado mucho: aquellos que cultivan para aliviar el dolor de sus hijos, o el propio, son perseguidos y criminalizados.
Valeria Salech preside Mama Cultiva y en agosto de este año brindó su testimonio en el marco de un seminario organizado en la UADER, allí expresaba: "Gracias al aceite pudimos conocer las voces de nuestros hijos e hijas, su risa, su llanto, su personalidad sin medicación psiquiátrica. Los vimos renacer. Es la planta la que nos dio esta posibilidad".
Mama cultiva y desafía a la ley. En función del marco normativo actual, madres y familiares deben recurrir al circuito ilegal para conseguir este producto; cultivan clandestinamente y por eso se exponen a ir a la cárcel. Para evitar los riesgos de comprar marihuana a traficantes, organizan talleres de cultivo, aprenden a multiplicar las plantas y a extraerles la resina. Gracias a ese encuentro abierto y multidisciplinario, algunos paranaenses conocieron esta vía alternativa para tratar las dolencias de sus hijos y formaron el grupo Mama Cultiva Paraná.
Recientemente se logró un dictamen favorable a la despenalización del uso de aceite de cannabis para tratar patologías, pero el macrismo se opuso a autorizar el autocultivo. En rigor, el proyecto del oficialismo propone importar un producto natural a base de cannabis que sirve para paliar solo el 20% de casos de epilepsia y un 1% de enfermedades que trata la marihuana. Además, quienes lo necesiten van a tener que someterse a un estudio que realizará el Estado, pero se desconoce qué variedades de cepa del cannabis se van a otorgar. Algunos diputados criticaron el dictamen debido a que continúa criminalizando al autocultivo y eso desencadena que la gente necesitada del cannabis se vuelque a la clandestinidad.
En setiembre, Chubut se convirtió en la primera provincia en incluir el aceite de cannabis en el vademécum de sus hospitales públicos y de la obra social de quienes trabajan en el Estado local y en el mismo sentido avanza un proyecto en la provincia de Santa Fe, donde la obra social estatal, Iapos, ya cubre el tratamiento de tres niños: dos con parálisis cerebral y otro con epilepsia.
Parte de la comunidad médica ya avala el tratamiento y las familias que lo necesitan arriesgan su libertad para acceder a él. La respuesta estatal sigue siendo a través de políticas represivas y restrictivas, evidenciando nuevamente que la sociedad está un paso adelante de los dirigentes. Los enfermos y sus familias van al frente de una lucha que trasciende la causa misma. Hasta ahora el Estado no encuentra otras formas de hacerse presente si no es a través de la fuerza, y las problemáticas de salud no se combaten con la Policía.