El consumo de sal y azúcar en exceso no es bueno bajo ningún concepto. Pero el debate se da en cuál de los dos elementos tiene más mala prensa. Quien escribe es un asiduo consumidor de azúcar, por momentos en exceso. La gente comenta: "Qué bárbaro cómo le pones azúcar al mate", quizás con mucha razón. Pero esa persona tal vez no sabe lo mucho que consume de sal en los alimentos diarios. Entonces el debate se abre para saber cuál de los dos tiene más mala prensa.
¿Cuál tiene más mala prensa?
9 de septiembre 2016 · 09:33hs
Hace tiempo que se alerta de los daños que supone para la salud humana el consumo excesivo de azúcar. Varios estudios realizados por diferentes organizaciones y países coinciden en destacar las peores consecuencias de tomar demasiado azúcar. Uno es el deterioro de las piezas dentales. Las responsables del deterioro son las bacterias que se alimentan de los azúcares simples, los llamados monosacáridos, y producen el ácido que a su vez destruye el esmalte dental. Otro es el hambre descontrolada. Los científicos estadounidenses han demostrado.
El consumo crónico de fructosa provoca resistencia a la leptina, lo que contribuye a que una persona pierda el control sobre el hambre. El más preocupante es el aumento de peso. Varios estudios manifiestan que las comidas ricas en azúcares también son ricas en calorías, pero tienen poca capacidad para saciar el hambre.
Pero para quien escribe la sal es mucho más peligrosa en todo sentido. Consumir sal en exceso es la causa de numerosos problemas de salud, no solo relacionados con las enfermedades cardiovasculares, sino también con insuficiencia renal, osteoporosis y cáncer de estómago. De hecho, según la Fundación Española del Corazón (FEC), reduciendo al menos la mitad del consumo de sal diario obtendríamos beneficios en la salud comparables a los derivados de dejar de fumar.
La sal contribuye a la retención de líquidos, lo que produce una presión sobre las arterias y favorece la aparición de la hipertensión. Según datos de la OMS, la hipertensión es la causante del 62% de los accidentes cerebrovasculares y del 42% de las enfermedades del corazón.
Que quede bien en claro que el exceso de ambas es malo. Pero la gente en general no toma conciencia de lo mucho que consume sal en cada comida, que por más rica que quede hay que pensar en los daños a largo plazo.