La estructura tiene un tapial que cubre casi todo su perímetro de cuatro hectáreas. En algunos tramos la pared fue elevada unos metros como para que nadie la pueda trepar, al menos con facilidad. Todas las ventanas tienen rejas de fierro y están tapadas, todas menos una o dos que dan a calle Enrique Acebal. El exfrigorífico es un cáscara gris enclavada en La Floresta, uno de los barrios más grandes de Paraná. Adentro todo está muerto, el polvo y los escombros que no lograron sostener al paso del tiempo quedaron esparcidos por el piso.
Como en los 90, igual que en el 10
Por Pablo Felizia
6 de julio 2017 · 09:02hs
En las paredes todavía se pueden ver los azulejos reglamentarios, los que exigía la ley para poder llevar adelante la actividad productiva. "Que den trabajo. Un montón de cosas se pueden hacer con esto, pero que la gente tenga para trabajar", dijo una señora que pasaba por la misma cuadra, una de apellido Centurión y segundos después de que quedara anotado en un cuaderno aquello de los azulejos. La señora iba acompañada de otras dos y de un niño; contó que pasan por ahí todos los días.
Otros vecinos hablan de lo mismo, del trabajo, aunque algunos solo de su recuerdo y de cómo hace casi 30 años, toda esa zona tenía un movimiento propio, desde temprano en la madrugada y casi sin parar. Los vecinos pasan por ahí, bordean esa estructura llena de nada. Algunos dicen que a veces entra la policía a realizar prácticas y eso se sabe, los escuchan; también comentan que hubo veces en que ingresaron autos con vidrios oscuros, que se quedaron un rato y después se fueron. Años atrás vivían algunas familias que no tenían dónde ir, gente de la calle y otros que lo usaban para esconderse. Alrededor del exfrigorífico hay mujeres que aseguran saber de los dueños, de un hombre mayor que ya murió, de jóvenes ricos a los que no les importa hacer revivir esa estructura. Como hubo un proyecto de expropiación para construir viviendas, hay otros que todavía están a la espera de esas casas, aunque con el tiempo les ganó el escepticismo. En las paredes del exfrigorífico están pintados los nombres de los políticos de hace más de dos décadas, algunos están más frescos, otros descascarados. Pero no pasó nada en los 90 cuando la producción se frenó, ni tampoco a principios de siglo y todavía no pasa nada en esta década del 10.
El exfrigorífico eso solo eso, unas cáscara que no da trabajo.