Evangelina Ramallo/De la Redacción de UNO
Fue una alerta Roja
Los pedidos por mayor seguridad ya existían. La comunidad deportiva del Club Atlético Talleres había solicitado presencia policial en la zona del predio ubicado en calle Toribio Ortiz y Cruz del Sur. Arrebatos y algunas corridas fueron los motivos por los que iniciaron el reclamo. Sin embargo fue un “robo con privación ilegítima de la libertad” de una joven de 18 años lo que determinó la incorporación de un efectivo policial permanente en el ingreso del campo de deportes.
El problema no se reduce a una guardia o una cámara de seguridad. El delito está en la superficie de una realidad social mucho más profunda. No es intención de estas líneas analizar el origen, las motivaciones o razones de un accionar delictivo. Pero sin dudas lo ocurrido frente a una institución deportiva de Paraná, enciende una luz de alerta respecto de una modalidad poco habitual -afortunadamente- en esta zona.
La deportista -jugadora de hockey sobre césped- fue a los entrenamientos tal como lo hace habitualmente. Cuando salió de la práctica ya era de noche y simplemente se dirigió hasta su auto para regresar a casa. Fue entonces cuando un desconocido ingresó al vehículo del lado del acompañante y la obligó a realizar un recorrido que la alejó de su destino. Él manifestó estar armado. Ella nunca vio el arma pero el miedo sí lo sintió. Le hizo detener la marcha en un par de oportunidades. Le robó sus pertenencias, por momentos forcejearon y la golpeó. En todo momento el abuso físico fue su principal temor. Ella bajó del auto y pudo escapar. Él huyó y más tarde abandonó el vehículo.
Hubo medios que hablaron de “secuestro exprés” y la Policía se ocupó de poner las “cosas en su lugar”. No hubo pedido de recompensa y por ello fue un “robo con privación ilegítima de la libertad”. Probablemente esa sea la definición correcta, de todas maneras poco le interesará a la víctima este detalle. Lo cierto es que el hecho conmocionó a los socios de la institución que tiene su sede en calle Yrigoyen y los dirigentes rápidamente tomaron cartas en el asunto. La familia de la joven decidió proteger su identidad pero el club entendió que era importante difundir el caso para trabajar en la prevención. Fue así que lograron obtener respuesta del Ministerio de Gobierno y con ello de la Policía. A las patrullas que ya se venían realizando en la zona se sumaría ahora un efectivo de forma permanente.
El “robo y privación ilegítima de la libertad” ocurrió el jueves de la semana pasada. El martes por la noche recién salió a la luz. Ahora desde el CAT planean colocar un sistema de alarmas y cámaras de videovigilancia “para mejorar la seguridad de las instalaciones”. La prevención del delito llega entonces después de ocurrido el primero de este “tipo”. El deseo de todos es que se trate de un hecho aislado. Lamentablemente hubo alguien que ya lo padeció