Santo popular como ningún otro, Cayetano convoca cada 7 de agosto a miles de fieles en todo el país que ruegan por pan y trabajo o agradecen los favores concedidos. Es que, sólo en Argentina es el patrono del Pan y el Trabajo ya que el resto del mundo lo conoce como el protector de la Paz y los Enfermos.
Este martes miles de fieles venerarán a San Cayetano, patrono del pan y del trabajo
En Paraná, San Cayetano logra congregar cada 7 de agosto a gran cantidad de fieles en el barrio San Roque y este martes no será la excepción. Todos los años, se advierte una verdadera multitud de fieles que, a lo largo de todo el día, desfilan por el templo.
El padre Miguel Guarascio, párroco de San Cayetano, informó que este martes habrá seis misas en forma consecutiva en el templo que se levanta en la esquina de Fraternidad y Ayacucho.
La primera celebración del día será a las 0, luego a las 9 y a las 11. A las 15.30, se hará la procesión que concluirá con la misa central. Después, se completará con otras dos celebraciones, a las 19 y a las 21.
Este año no estará presente el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, al frente de la celebración de San Cayetano. Ese día Puiggari estará en San Salvador de Jujuy para la ceremonia de toma de posesión del cargo de obispo de Jujuy del exobispo auxiliar de Paraná, Daniel Fernández, que será un día antes. Por esa razón, la misa central de San Cayetano estará a cargo del párroco, Miguel Guarascio, según publica El Once Digital.
Santo italiano muy argentinizado
San Cayetano es, en verdad, un santo italiano muy argentinizado. Cayetano, hijo de un acaudalado comerciante de Vicenza, Italia, nació en 1480, pero en su tierra de origen no tuvo ni tiene la envergadura social que tiene aquí, en Argentina.
Se lo tiene como el santo del trabajo, pero en realidad el patrono del trabajo es San José. San Cayetano es el patrono de la Providencia. Aunque a partir de la crisis de 1930, la fama del santo fue creciendo en otro sentido.
Se atribuye a un sacerdote, el padre Domingo Falgioni, a cargo del templo de San Cayetano entre 1928 y 1938, en Buenos Aires, como el iniciador de la devoción tal y como se da ahora. El cura realizó una campaña evangelizadora a través del diario católico El pueblo e imprimió por primera vez la estampa del santo con espigas.
La devoción creció de manera inusitada y pronto proliferaron casas y negocios.
Dicen los que conocen la historia de la devoción, que en la década de 1980 comenzó a hacerse fuerte la costumbre de asociar una espiga de trigo a la imagen de San Cayetano, y de llevar donativos cada 7 de agosto.
En su país natal, Cayetano organizó, en 1521, el primer hospital de enfermedades infecciosas. Aunque preocupado por la creciente corrupción que observaba en la iglesia, creó su propia congregación, los clérigos regulares, que seguía los postulados del celibato y la austeridad.
Murió el 7 de agosto de 1547. En 1671 fue declarado santo.