Un payaso solitario, un linyera de esos que existieron en la Argentina entre 1890 y 1950, sueña con viajar y ser libre. Inspirado en la leyenda que habla de los seres humanos que iban y venían tratando de descubrirse y descubrir el mundo –llamados nómades–, decide salir a las vías en busca de nuevos horizontes, tratando de dejar aquello que lo había apagado: el sedentarismo, para volver a desplegar sus alas, sus brillos internos.
Última función de "Linge!", una oda al linyera en clave de clown
El unipersonal protagonizado por Ezequiel Caridad se presenta esta noche en La Hendija
29 de abril 2017 · 10:29hs
El linyera quería libertad, independencia y soledad. Su nombre –según algunas versiones– probablemente provenga de "lingerie", vocablo francés destinado a designar a la ropa interior que tenía en sus atados. Los linyeras llevaban al hombro un prolijo paquete cuadrangular que los italianos denominan "lingera". Munidos de tres o cuatro cacharpas, salían a recorrer el mundo.
De eso trata Linge!, el unipersonal protagonizado por Ezequiel Caridad, quien además escribió la obra junto a Jorge Costa, que a su vez dirige el espectáculo. La obra se despedirá esta noche, a las 21, en el centro cultural La Hendija (Gualeguaychú 171, de Paraná).
Escenario dialogó con el actor acerca de la obra que hoy ofrecerá su última función, tras haber llenado salas los sábados de abril.
—¿Como fue el proceso de creación de Linge!?
—Fue un proceso de investigación bastante largo y totalmente nuevo para mi. Hacia bastante tiempo que tenia ganas de crear un espectáculo unipersonal payaso. En el 2015 tome una beca de estudios en teatro corporal con Jorge Costa (Buenos Aires), y a mediados de ese año le propuse que me dirigiera en una obra. Solo le lleve la imagen del linyera; no tenía un texto escrito y mucho menos sabía que quería contar. El aceptó y comenzamos a ensayar. Después de la clase íbamos a una sala que alquilábamos. Así estuvimos toda la segunda mitad de 2015: clase y ensayo. Fue un proceso intensivo de creación de material para la obra. Comenzamos investigando sobre los linyeras: quienes eran, qué ideologías tenían, como vivían, morían y amaban; cual era el contexto histórico y político de aquella época; las diferencias entre linyeras, crotos y mendigos; buscamos también muchas anécdotas. Con la base de ese material pasamos a crear imágenes, secuencias, ideas, textos y canciones.
Cuando termine la beca de estudios, ya en 2016, me encontré ensayando solo en la sala, porque ya no viajaba para tomar clases. Fue el proceso más difícil. De repente te encontrás solo en el espacio de trabajo y podes llegar a sentirte vacío. Pero continué con la idea, por pura convicción. Armaba material, le buscaba sentido a lo que estaba haciendo y cuando tenia buena cantidad viajaba y se lo mostraba a Jorge y me volvía con más tarea.
Paula (Righelato), mi compañera, estuvo presente en todo el proceso de creación. Fue ella quien me incentivó y me ayudó como observadora, buscando lo que quería contar. A finales del año pasado hicimos los últimos ensayos con Jorge y les mostré a los alumnos de teatro de Carlos Vicentín, en la sala Saltimbanquis, una función de Linge! Después de eso la llamé a Andrea Fontelles para que terminara de darle sentido a la estética del espectáculo y para que construyera el vestuario de este personaje y el mundo que lo rodea; y también a Sergio Fabri para que ilumine la puesta y termine de construirse el relato que queríamos contar.
—¿Qué es lo que atrapa de este personaje?
—Lo que atrapa de Linge es la nostalgia del personaje, pero a su vez también la inocencia y torpeza del payaso. También atrapa poder ingresar al mundo del linyera, entrar en ese ambiente y espiar en la vida de este personaje. Me sucede además que, sobre todo en las grandes ciudades, la gente circula sin prestar atención a las otras personas y mucho menos a los que están en nivel de inferioridad según el sistema. Sin ser linyeras, estas personas son excluidas del mundo capitalista en el cual vivimos. Este es otro de los puntos que me interesa mucho: mostrarle al espectador como viven o vivieron estas personas que decidieron dejar todas sus pertenencias y salir a las vías sin más fin que el de sentirse libre. Mas allá que esté contado desde el lugar del payaso; para poder hacerlo más ameno, o que el trago no sea tan amargo; que los espectadores vean como esta persona duerme, come, se baña, y hasta cómo se relaciona con las personas, con sus pares, con la autoridad.
—¿Es una historia nostálgica?
—Sí y no. Está la nostalgia del personaje linyera, que busca un ideal, un sueño. Pero por otra parte la ternura, ingenuidad y torpeza del payaso hace que la historia sea más aliviada y que los espectadores se puedan reír de las situaciones que le suceden a este personaje. No se ríen del payaso, sino de lo que a él le sucede con su entorno.
—¿Por que ya no hay más nómades en estas tierras?
—En primer lugar creo que los linyeras desaparecieron en el momento en que los trenes dejaron de funcionar en el país. Sin este medio de transporte, no les fue tan sencillo trasladarse de un lugar a otro. Muchos de estos personajes, o los pocos que quedaron, se asentaron en las ciudades y pasaron a ser mendigos, a vivir debajo de los puentes, en las periferias. Fueron "chupados" por el sistema.
Pero por otra parte creo que aún quedan nómades, y cada vez los hay mas. Si observamos a nuestros alrededores, siempre encontramos a alguien que no es del lugar y que anda viajando. Está un tiempo y luego se va. Se da mucho en los artistas, en los cirqueros, los teatreros; pero también en personas a las que se les despiertan los brillos internos y deciden comenzar a desplegar sus alas, dejar todo y dejar su suerte al camino.
Nosotros, con mi compañera, nos consideramos nómades. Si bien tenemos nuestra casa y vivimos acá en Paraná, estamos todo el tiempo viajando de un lugar al otro, haciendo funciones, yendo a encuentros y festivales de teatro. Nos gusta hacerlo, no estar atado y vivir desde otra perspectiva. Y un poco también, Linge! es un resumen de esta vida nómade que hace más de 10 años venimos llevando adelante con la Compañía Teastral, grupo que compartimos con Pau.