Este comienzo de año, como desde hace ya 10 comienzos, se celebrará sambando. Y esta vez será un festejo a lo grande, con invitados especiales que estarán tocando junto al grupo Samba Na Esquina las músicas que lo acompañaron durante todo este tiempo. Pero esta ocasión, en lugar de la tradicional esquina de Victoria y San Martín, el encuentro será en Peatonal San Martín, entre La Paz y Colón, después del brindis del 1º de enero, a partir de la 1.30.
Que el Año Nuevo nos encuentre sambando
Tradicional roda de samba. Después del brindis del 1º de enero, Samba Na Esquina celebrará el comienzo del 2017 con su ya tradicional festejo. Esta vez, el grupo se presentará en Peatonal San Martín, entre La Paz y Colón.
30 de diciembre 2016 · 08:58hs
Ya era tradición que la banda congregue en la esquina de calles Victoria y San Martín a quienes quieren despedir el año que finaliza y recibir el nuevo bailando y cantando canciones del repertorio popular brasileño, con compositores y grupos como Paulinho da Viola, Fundo de Quintal, Cartola, Sururu na roda, Candeia, Mauro Duarte y João Nogueira, entre otros.
Pero este año, debido al gran crecimiento del convite, decidieron trasladarse a un espacio con una infraestructura más acorde. En diálogo con Escenario, Mauricio Guastavino, guitarrista de la banda, explicó: "Nosotros habitualmente festejamos el Año Nuevo, no surgió como una cosa planificada, simplemente nos juntábamos durante los días anteriores, en el clima veraniego, invitábamos a algún que otro conocido y ahí tocábamos. Y con este serán 10 años nuevos que festejamos de ese modo, pero esta vez decidimos cambiar de lugar para estar más cómodos, por una cuestión de infraestructura y para poder ofrecer un mejor sonido".
El lugar elegido en un primer momento fue el amplio patio de la Cueva Cultural Obrera (Andrés Pazos 347); pero dado que la Municipalidad prohibió la realización de eventos en ese lugar, se debió cambiar nuevamente. Finalmente será en la llamada "peatonal nueva".
Samba Na Esquina se completa con Mauro Leyes (cavaquinho), Pedro Guastavino (percusión y voz), Diego Sánchez (percusión), Juan Costa (percusión), Sebastián Báez (percusión), Román del Prado (percusión), Jorgelina Barbiero (voz), Guadalupe Abero (voz) y Natalia Damadian (voz). "Actualmente somos 10 integrantes, a lo largo del tiempo se han ido cambiando algunos de los miembros. Mi hermano Pedro, yo y Juan Costa somos los que estamos desde el principio. Luego se fueron sumando algunos amigos y después las chicas. Todos somos amigos, y eso hace que el grupo funcione muy bien, es un encuentro", opinó.
El funcionamiento actual del grupo se afianzó hace unos dos años, cuando decidieron ofrecer Samba Na Esquina como un producto único, lo cual los llevó a tener más contrataciones.
"Durante los primeros tres años del grupo yo vivía en Brasil, y justamente tocábamos en Año Nuevo porque era la época en que venía a Paraná a visitar a mi gente. En ese entonces nos presentábamos muy esporádicamente, no lo veíamos como una potencial fuente de trabajo. Y, en cierta manera, es una militancia de la samba, porque hacemos una música que lleva años poder tocar bien. Hacemos samba de raíz, no hacemos la fiesta carioca".
Es que Samba Na Esquina ha hecho un interesante trabajo de la música brasileña menos comercial, y se mantienen fieles a su estilo: "Considero que lo que Samba Na Esquina hace es una música de calidad, no porque la hagamos nosotros, sino que es el género en sí; actualmente no es una música de consumo masivo, no suena en las radios, no es una música industrializada, lista para consumir y desechar, sino que lleva más tiempo digerir. Y a la vez, como toda música que tiene un trasfondo cultural fuerte en su desarrollo, tiene mucha riqueza melódica, armónica y rítmica sobre todo. Tiene algo que llega a las personas, porque pueden percibir que es genuino por la forma en que lo vivimos quienes tocamos. Y, a su vez, es música que invita a bailar, como esas bandas de salsa que alguna vez hubo en Paraná. Son músicas bailables, que tienen ese condimento afro".
Si bien tienen sus seguidores habituales, a lo largo de los años han ido cosechando nuevo público y, para Guastavino, eso se debe en gran medida a la fiesta de bienvenida de año, que sin querer se fue convirtiendo en algo tradicional: "La fiesta siempre fue en la calle, mucha gente simplemente pasaba y se terminaba quedando; quizás también se debe a que no había una fiesta que junte a un cierto círculo social que no tenía a dónde ir, ya que en la ciudad hay un par de fiestas masivas en algún boliche o quinta, que no a todo el mundo le gustan. Entonces, hacer esa fiesta más informal, de libre acceso, fue haciendo que cada año vaya cayendo más gente y de distintas tribus, por así decirlo. Recuerdo que una vez cayó un grupo de metaleros, y se sentaron tranqui, a tomar porrón y escuchar música; y después llegaron otros con una onda totalmente distinta. Es que esa era la posibilidad o la alternativa para pasarla bien, era una fiesta popular".