Matías Larraule / Ovación
[email protected] Atlético Paraná posee uno de los mejores campos de juego del campeonato de la Primera B Nacional. El verde césped del estadio Pedro Mutio luce impecable desde hace un par de años. En la temporada que marcó el estreno del Decano en el profesionalismo fue resaltado por los periodistas que forman parte del staff del programa Fútbol Para Todos como uno de los mejores escenarios de la divisional.
Con el correr del tiempo el paño siguió en las mejores condiciones, a pesar de las inclemencias del tiempo.
A diferencia del pésimo estado de otras canchas, inclusive de Primera, el Mutio conservó su mejor semblante. “Los días previos realizamos los trabajos correspondiente para tener en buenas condiciones el
campo de juego sabiendo de las probabilidades de lluvia”, contó Martín Gentile, responsable del mantenimiento del predio ubicado en calle Ruperto Pérez.
De la casa
Martín está ligado desde niño a Atlético Paraná. Nació en barrio Rocamora, barriada que acapara la atención el Club Palermo.
Gentile caminó un par de cuadras para formar parte de las divisiones formativas del Rojiblanco. “Además iba a la escuela Terán, y cuando salíamos veníamos al club a jugar a la pelota”, remarcó.
De vestir la camiseta pasó a calzarse la pilcha de obrero. Comenzó trabajando desde abajo. Su primera función en el club fue cortar entradas en los encuentros que Atlético disputaba en el Torneo del Interior en 2010. Posteriormente ingresó a la cancha para cumplir el rol de camillero. Sus primeros pasos en su oficio comenzó tiempo después.
“Mi primera estadía era regar la cancha cuando estaba Roberto Panelli. Después pasé a cortar el césped cuando él no podía y ahí fui viendo que me gustaba el trabajo. Después le pedí prestado el rodillo a Panelli para marcar la cancha. Después él se jubiló, los dirigentes confiaron en que podía hacer esta tarea que hoy me gusta”, recordó.
Gentile confiesa que, lo que comenzó como un trabajo más se transformó en su verdadera vocación.“No pensé que me iba a gustar tanto y que me iba a compenetrar tanto. Arranqué regando, después llegó mi compañero Maximiliano Latrónico, quien me ayuda todos los días. Hoy en día lo siento como una vocación”, describió.
Martín Gentile en el patio de su casa, como definió al verde césped de la cancha del Gato. Foto UNO/Juan Ignacio Pereira
Martín Gentile en el patio de su casa, como definió al verde césped de la cancha del Gato. Foto UNO/Juan Ignacio Pereira
Perfeccionamiento
El crecimiento futbolístico de Atlético Paraná le permitió a Gentile evolucionar en la materia. Optó por capacitarse para superarse permanentemente. Además, el arribo del
Decano en la B Nacional le permitió mantenerse en contacto con colegas de otras entidades.
“El primer curso fue una capacitación en el predio de
AFA, en Ezeiza. Ahí se llevó a cabo un curso de resiembra otoñal. Fui con Gonzalo Insaurralde, que es el canchero de Colón de Santa Fe, con Emiliano Yacunissi que tiene a cargo un predio de una liga de Santa Fe que cuenta con seis canchas. Fue muy fructífero el curso y aprendí muchísimo. El siguiente curso lo hice en Pilar, Buenos Aires, que fue de reconstrucción y mantenimiento de campo de juegos y riego. Después me hice conocido y me contacté con gente muy importante a nivel nacional, te van mostrando en las redes sociales te van notificando de las capacitaciones”.
Impecable. El verde césped del estadio Grella luce impecable para el debut de esta tarde ante San Lorenzo de Almagro. (Foto: UNO/Mateo Oviedo)
Impecable. El verde césped del estadio Grella luce impecable para el debut de esta tarde ante San Lorenzo de Almagro. (Foto: UNO/Mateo Oviedo)
Un obrero
Quienes conocen su metodología de trabajo aseguran que es un artesano. Él prefiere definirse de otra manera. “Soy un laburador al que le gusta la actividad”, definió. “No pensé que me iba a gustar esta profesión. “Como todo laburo uno deja muchas cosas de lado. Estoy muy pendiente del campo”.
Su jornada laboral es extensa y le demanda mucho sacrificio y horas de trabajo. “Todo el mundo piensa que cortando y regando el césped va a estar verde. Lleva un proceso de fertilizado, un cronograma anual, semanal, bimestral con distintas clases de fertilizado, ya sea foliar (fertilizado líquido que se hecha a un fumigador para que se traslade a toda la cancha). Cada 15 días hago los tratamientos de fertilizado. Después tengo que ver si la planta está bien o si tiene alguna enfermedad. Si está muy alto tengo que cortar todos los días, si tiene los estolones, que es la planta cuando se estira mucho se agranda la planta no sirve porque al jugador se le puede trabar el pie u otro factor. También tapamos los pozos que puede tener el campo de juego”, relató..
Martín Gentilie conoce como pocos todos los rincones del campo de juego. Transita varias horas en el día en ese lugar, al que definió como el jardín de su casa. “Te puedo asegurar que mi patio no está de la misma manera que la cancha. Mi patio es un desastre. La cancha es como el patio de mi casa porque lo cuido más que al de mi casa. A veces cuando estoy laburando no quiero ni que me lo pisen. Y cuando hay un entrenamiento a veces le marco “cuidame acá”. Es algo que amerita cuidarlo”, subrayó el jardinero del estadio Pedro Mutio.