Los altos precios de los productos sin TACC (una proteína que se encuentra en la semilla de cereales como trigo, avena, cebada y centeno) son una preocupación constante para quienes padecen este enfermedad: se estima que los comestibles para que los celíacos puedan llevar una dieta adecuada son un 50% más caros.
Crece la oferta de producciones locales para pacientes celíacos
A esto se suma que muchos alimentos no se consiguen. Para dar una respuesta a esta necesidad concreta, en Paraná fueron surgiendo distintos emprendimientos. En 2009, Daniel Dato y su esposa Adriana montaron con gran esfuerzo la primera fábrica en Entre Ríos de premezcla de harinas para elaborar productos para quienes tienen intolerancia al gluten y a sus derivados, impulsados por la enfermedad de una de sus nietas, a la que le diagnosticaron celiaquía. Cuando Daniel falleció, su mujer, con ayuda de sus hijos, siguió adelante con esta iniciativa y hoy produce alrededor de 1.000 kilogramos al mes, que se distribuyen en Paraná y otras localidades.
Tres años más tarde, Alejandra Rodríguez, su hermana Stella y Luciana Balla, se asociaron para abrir las puertas de una fábrica de panificados y productos elaborados. De a poco fue creciendo y en la actualidad abastece a distintas dietéticas a nivel local.
“Me había quedado sin trabajo en 2012. Mi esposo es celíaco y me planteé probar con esto, ya que conozco lo difícil que es a veces conseguir un producto para que él pueda consumirlo. Hice cursos de panadería y talleres con chef especializadas en alimentos libres de gluten, y con mi hermana y otra amiga armamos una sociedad y alquilamos un local, siempre con el apoyo de la Asociación de Celíacos de Entre Ríos (ACER)”, contó a UNO Alejandra.
Tienen para la venta pan de hamburguesa por cuatro unidades, que cuesta 35 pesos; premezcla por un kilogramo a 44 pesos; y una vez al mes elaboran empanadas de carne, que se hacen por encargo y valen 145 pesos. También hacen budines, pepitas, pastafrolas.
“La materia prima tiene un costo elevado y a los insumos tenemos que comprarlos afuera”, afirmó, y comentó: “Vamos fabricando cada semana, para vender todo fresco. Tenemos demanda no solo de Paraná, sino de otras ciudades e incluso de otras provincias. Por ahora nos manejamos por pedidos a través del Facebook Tentaciones Sin TACC, ya que estamos todavía a la espera de la resolución de Instituto de Control de Alimentación y Bromatología (ICAB) para poder vender al público en nuestro local. Ellos nos tienen que otorgar el Registro Nacional de Establecimientos (RNE) y la Inscripción al Registro Nacional de Productos Alimenticios (RNPA)”.
Por ora parte, mencionó que hay otros proyectos similares que se van sumando para poder resolver los requerimientos que tienen quienes deben mantener una dieta sin gluten: “También Cecilia Pautasso, la presidenta de ACER elabora pan de miga y facturas”, comentó.
Por último, invitó a los interesados a participar en la reunión que ACER realiza este sábado a las 16 en el hospital San Martín.
Placeres cotidianos
Alejandro Taleb es celíaco, al igual que una de sus hijas. En su familia conocen las dificultades de poder compartir una cena en cualquier restaurante de Paraná, ya que son contados los locales que disponen de un menú para quienes no pueden consumir alimentos que contengan TACC.
También saben que tienen que pagar más caro por lo que ingieran y que el dinero que aporta la obra social o Salud Pública no alcanza para equiparar los costos. “Un paquete de galletitas que cualquiera paga entre cinco y 10 pesos a nosotros nos cuesta 35”, comparó.
Asimismo, contó a UNO que “muchas cosas no se consiguen”, y agregó: “Por suerte ahora hay producciones locales que elaboran panificados. El otro día pude conseguir facturas libres de gluten. Fue una satisfacción enorme, porque hacía ocho años que no me podía sentar a tomar mate con facturas”.
Alejandra Rodríaguez, cuyo esposo es celíaco, señaló que el hecho de que haya tan pocos comedores que incluyan platos para celíacos es un tema pendiente en la capital provincial. “Además, salir a comer afuera es muy caro si se pide algo sin TACC”, se lamentó.
Por otra parte, recordó que hace poco elaboraron por encargo una torta de cumpleaños para un chico celíaco. “Era la primera vez que pudo tener una. Cumplía 6 o 7 años y su alegría fue una devolución enorme para nosotras”, aseguró.
Situaciones comunes para cualquiera pueden convertirse en una odisea para los celíacos. Por suerte esa situación se está revirtiendo. A paso lento pero firme. Lo que está pendiente es un mayor apoyo a este tipo de emprendimientos.
53% más caros
Según un relevamiento que realizó el Instituto de Estadísticas de la Defensoría del Pueblo de Córdoba (Inedep), en enero la canasta básica alimentaria alcanzó los 1.013,46 pesos, mientras que la misma canasta pero con productos libres de gluten, sumó 1.550,13 pesos.
La diferencia para que una persona pueda cubrir sus necesidades nutricionales esenciales sin afectar su salud es de 536,67 pesos al mes, es decir, un 53% más caro.
Asimismo, desde que en agosto el Inedep comenzó con la medición de la canasta libre de gluten, el conjunto de alimentos que la componen registró una variación de 10,4%.
En tanto, el incremento mensual que se registró comparando los costos con el mes de diciembre fue de 0,2%.