“No se habló de abusos en ningún momento”, dijo como para no dejar dudas el abogado Juan Ángel Fornerón, uno de los defensores del cura Justo Ilarraz, imputado en la causa que se caratula Ilarraz, Justo José s/Promoción a la corrupción agravada. De esa manera buscó refutar lo que trascendió acerca de las declaraciones testimoniales de los sacerdotes Alfonso Dittler, Eduardo Jacob y Gustavo Mendoza. Estos dos últimos -que fueron alumnos de Ilarraz- y Alfonso Dittler (responsable de los seminaristas y que prestó declaración en la investigación diocesana) habían incriminado al acusado hablar de “conductas extrañas”. Para Fornerón esto está lejos de ser cierto, “porque está lejos de lo que dijeron los muchachos”, durante la audiencia realizada en diciembre. “Lo que haya dicho el padre (Gustavo) Mendoza -en canales de televisión- es responsabilidad del padre Mendoza: yo sé lo que dijo cuando prestó declaración testimonial”, precisó en diálogo con UNO.
Causa Ilarraz: niegan que curas lo hayan vinculado con abusos
Justamente el exseminarista fue uno de los que se mostró más conmovido durante su relato, según información a la que pudo acceder este medio. En su planteo insistió en que en esa audiencia “no se habló de abusos en ningún momento, se malinterpretaron todas las consignas. Se dan vueltas las cuestiones, y se hacen decir cosas que no se dijeron”.
Se juegan todas las fichas
Cuando la actividad en Tribunales se encuentra virtualmente paralizada por la feria judicial, la defensa de Ilarraz adelantó que mantendrá la misma estrategia. Esto equivale a sostener el argumento de que “la causa penal está prescripta”, una posición que cobra fuerza a medida que transcurre el tiempo. Hoy todas las fichas de los defensores están puestas en el recurso de impugnación extraordinario presentado ante el Superior Tribunal de Justicia, que debe decidir si hace o no lugar a esa apelación. Los patrocinantes de Ilarraz confían en la buena suerte que tenga la medida, sabiendo que pueden recurrir como última instancia la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
“En la causa principal tienen que seguir citando testigos: faltan entre 10 y 15 de aquellos propuestos por la querella”, confió Fornerón. Además indicó: “Se ha pedido que se traduzcan los documentos que estaban en italiano. Después se tomarán las medidas que la jueza de la causa vaya a solicitar mientras transcurra la investigación”. Asimismo Fornerón consideró que se tienen que cumplir una serie de condiciones previas para que Ilarraz sea citado a declaración indagatoria. Según su criterio tienen que darse “una serie de recaudos para que el acto sirva como tal. A nuestro defendido no se le ha enrostrado cuál es el delito que se le imputa y cuáles son los elementos que se tienen para acusarlo”.
La unificación de las querellas, una medida dispuesta por la jueza Paola Firpo y que en su momento provocó diferentes reacciones entre las víctimas, también fue otro de los temas sobre los que opinó el profesional. “La unificación de la querella es una cuestión de organización del expediente, los abogados querellantes siguen siendo exactamente los mismos y siguen participando todos. No hay nada raro”, afirmó.
Cabe recordar que la causa Ilarraz tuvo su punto de partida en la publicación de un quincenario paranaense, en setiembre de 2012, que sacó a la luz la experiencia vivida por un grupo de seminaristas que denunció públicamente los abusos cometidos por Justo Ilarraz, cuando ejercía el cargo de prefecto en el Seminario Menor. El hecho provocó un cimbronazo en la Iglesia local y conmocionó a la opinión pública.